La crisis del coche eléctrico y los aranceles hunden las ganancias de Volkswagen

Volkswagen, principal fabricante de automóviles europeo, registró su primera pérdida desde la pandemia de COVID-19, afectada por los aranceles estadounidenses y las dificultades en la transición hacia los vehículos eléctricos en su filial Porsche.

 

Después de seis trimestres consecutivos de descenso en sus beneficios, el gigante automovilístico registró en el tercer trimestre una pérdida neta de 1.244 millones de dólares, según los resultados publicados el jueves.

 

Se trata de la primera pérdida desde la primavera de 2020. Y ello a pesar de un aumento anual del 2,3% en la facturación, que alcanzó los 93.400 millones de dólares, impulsado por un crecimiento del 1% en las entregas mundiales

 

El año pasado, durante el mismo período, el grupo había obtenido un beneficio de 1.861 millones de dólares.

 

Los aranceles estadounidenses, elevados del 2,5% al ​​27,5% en abril y luego reducidos al 15% en agosto, afectan las exportaciones de Volkswagen, a pesar de tener una planta en Tennessee.

 

Las marcas Audi y Porsche, entre las más rentables, fabrican todos sus modelos fuera de Estados Unidos.

 

Los fabricantes de automóviles europeos también se ven afectados por una crisis relacionada con el productor de semiconductores Nexperia, que amenaza el suministro de la industria en Europa.

 

Por último, la baja rentabilidad de los vehículos eléctricos también contribuye a la caída de los beneficios.

 

Sus ventas aumentaron un 33% en el tercer trimestre, pero estos modelos son menos rentables debido al alto costo de las baterías.

 

Volkswagen apuesta por su ambicioso plan de ahorro, valorado en 6.980 millones de dólares hasta 2030 en todas sus marcas, y por una drástica reducción de su plantilla en Alemania para intentar frenar la erosión de sus márgenes

 

Su marca VW prevé la eliminación de 35.000 empleos de aquí a 2030 mediante un plan social, lo que representa el 29% de su plantilla en Alemania.