Demócratas buscan acabar con hegemonía republicana en el sur
AP
Washinton Hispanic
Arizona es uno de los pocos sitios donde los demócratas tienen posibilidades reales de arrebatar una banca a los republicanos en el Senado.
En un año en el que el mapa del Senado no favorece a los demócratas, los cambios demográficos, con el aumento de la población hispana, podrían darles la banca que dejará vacante Jeff Flake.
Tres republicanos se disputan el derecho a ser portaestandartes de la causa conservadora, en tanto que la representante demócrata Kyrsten Sinema ha adoptado posturas centristas y asoma como una candidata fuerte en las elecciones de noviembre. Casi no tiene oposición en las primarias partidarias del 28 de agosto.
Una victoria de Sinema en noviembre tendría un impacto que iría más allá del control del Senado: Daría a los demócratas la oportunidad de empezar a romper la hegemonía republicana en el sudoeste, algo que sería de enorme valor de cara a las elecciones presidenciales del 2020.
¿QUÉ ESTÁ PASANDO?
Sinema tiene casi asegurada la nominación demócrata a pesar de las aprensiones de algunos correligionarios en relación con sus votos conservadores en inmigración. Lleva tres términos como representante y ha recaudado más dinero que cualquiera de sus potenciales rivales republicanos. En los últimos sondeos luce como la favorita.
Resta importancia a la preocupación en torno al hecho de que es una de las pocas demócratas que se sumaron a la mayoría republicana al votar a favor de que se aumenten los castigos para las personas que han sido deportadas más de tres veces y de que se dé al gobierno federal autoridad para detener y deportar a los no ciudadanos que viven en territorios controlados por pandillas.
«Los residentes de Arizona son gente muy práctica, que busca soluciones pragmáticas, de sentido común”, declaró en una entrevista con la Associated Press el mes pasado.
Mientras que ella se presenta como de centro, en la contienda republicana la candidata del establishment, Martha McSally, se ha visto forzada a adoptar posturas más duras hacia la inmigración ilegal. Al punto de que dejó de patrocinar un proyecto de ley que ofrecía la ciudadanía a los menores sin papeles que están en el país desde niños.
Encuestas recientes le dan a McSally leve ventaja sobre Kelli Ward y el ex sheriff del condado de Maricopa Joe Arpaio, quienes se presentan como conservadores que no son parte del establishment. Arpaio fue el jefe de la policía de Phoenix durante 24 años y se hizo famoso por sus arrestos de inmigrantes. No fue reelegido en el 2016.
POR QUÉ ES IMPORTANTE
Para que los demócratas tengan alguna posibilidad de arrebatar la exigua mayoría de una banca que tienen los republicanos en el Senado, deben retener las 10 bancas que pondrán en juego y alzarse con una o dos bancas republicanas. Una podría ser la de Arizona y otra la de Nevada, donde el senador republicano Dean Heller enfrenta una dura batalla contra la demócrata Jacky Rosen en un estado que Hillary Clinton ganó en el 2016.
De triunfar, Sinema sería la primera senadora demócrata de Arizona en 30 años y avivaría las esperanzas de su partido de alzarse con los 11 votos electorales de Arizona en las elecciones presidenciales.
Trump se impuso en Arizona por apenas 3,5 puntos porcentuales.
Una victoria de Sinema daría la razón a los estrategas demócratas que vienen diciendo que al creciente número de votantes hispanos puede cambiar el equilibrio de fuerzas en cualquier momento en el sudoeste.
Los demócratas han estado ganando terreno en Colorado y Nuevo México, en tanto que Texas y Arizona se han mantenido fieles a los republicanos.
“Arizona es un estado más reñido que Ohio, Iowa y Carolina del Norte”, afirmó Cristóbal Alex, presidente de la agrupación Latino Victory, que impulsa el voto hispano, aludiendo a estados que han sido competitivos en las elecciones más recientes, pero donde Trump ganó con amplitud. “Pensamos que se van a hacer más peleadas todavía a medida que aumenta la cantidad de hispanos”.
A QUIÉNES SEGUIR
Trump ha adoptado la costumbre de brindar su apoyo a la gente a último momento, especialmente a quienes los respaldaron en su campaña presidencial. Arpaio podría ser uno de ellos.
El ex sheriff es un aliado de la primera hora y Trump lo perdonó el año pasado después de ser condenado por desacato a un tribunal.
Arpaio, no obstante, está tercero, detrás de McSally y Ward, y el respaldo de Trump lo único que haría sería restarle votos conservadores a Ward, favoreciendo a McSally, que no apoyó a Trump ni siquiera después de que se aseguró la nominación republicana.