El presidente francés fija nuevas normas para migración
Washington Hispanic
AP
El presidente francés, Emmanuel Macron, viajó el martes al puerto de Calais en el norte, donde numerosos migrantes han acampado, a fin de trazar la nueva política del país hacia la crisis migratoria: ayudar a los que desean quedarse, expulsar a los que usan al país como puente y castigar a los policías que cometan abusos contra los extranjeros.
Ese puerto se ha convertido en un imán para migrantes, ya que es el punto en Francia más cercano a Gran Bretaña y cuenta con dos vías de cruce: el Eurotúnel y los ferrys.
Macron presentó sus lineamientos en el tema de inmigración en un discurso frente a los agentes de seguridad, algunos de los cuales han sido acusados de abusos contra migrantes.
«Calais no debe ser una puerta trasera para Gran Bretaña”, dijo el mandatario en referencia a la tendencia de los migrantes de entrar clandestinamente a territorio británico a través del Canal de la Mancha.
Macron declaró que quedarse en Calais en vez de solicitar asilo en Francia “es una calle ciega” y que las autoridades no permitirán la creación de otro campamento de migrantes luego que el último fue desmantelado en el 2016 en las afueras de Calais.
Macron desea modificar un acuerdo de 2003 según el cual las autoridades migratorias británicas pueden ayudar en la revisión de viajeros en Calais, con lo que en la práctica han trasladado la frontera británica al puerto francés. Ello ha ayudado a Gran Bretaña a evitar una invasión de migrantes como ha ocurrido en otros países europeos, pero la carga de evitar ese ingreso ha caído sobre los hombros de Francia.
El jueves, Macron se reunirá con la primera ministra británica Theresa May en Sandhurst, cerca de Londres, para dialogar sobre el tema.
El presidente francés dijo que su objetivo es hablar con May sobre “maneras de lidiar con los migrantes menores que vienen sin un acompañante adulto, maneras de mejorar la cooperación en Calais con los países de origen y los países de tránsito” y conseguir fondos británicos para proyectos de desarrollo en Calais.
Por otra parte, el mandatario advirtió a los agentes apostados allí que serán castigados si no cumplen con su código de conducta. Mencionó que ha recibido quejas de que los policías confiscan los sacos de dormir de los migrantes e inclusos sus zapatos, que los despiertan durante la noche y que arrojan gas lacrimógeno sobre sus pertenencias y sobre su comida.
“No hay verdades a medias”, declaró Macron, aunque aclaró que las autoridades también demandarán por difamación a quienes presenten denuncias falsas contra la policía.