Preocupa violación al derecho de intimidad
Mathieu Prat
Washington Hispanic
n 2008, el Congreso de los Estados Unidos aprobó una enmienda al Ley de la Vigilancia de la Inteligencia Extranjera que presta un fundamento jurídico para programas de vigilancia masiva; también, prohíbe búsquedas de datos sin permiso sobre estadounidenses y extranjeros. Al fin del año 2017, el Congreso tendrá que decidir si renovará la enmienda. Pero esa renovación es controversial a causa de la Sección 702, que provocó polémica en varios grupos de la nación.
La infame Sección 702 permite intercepciones telefónicas y recolecciones en gran volumen de datos sin orden judicial, no solamente sobre extranjeros sino también sobre estadounidenses. El argumento principal contra la Sección es que se opone al derecho fundamental de privacidad garantizado en la Cuarta Enmienda a la Constitución americana; por eso, la Sección 702 es inconstitucional.
Los ciudadanos no son los únicos enfadados. Compañías tecnológicas del Silicon Valley como Google, Facebook y Amazon enviaron recientemente una carta al Capitolio pidiendo que el Congreso reforme la enmienda o la sustituya con algo más constitucional, como el “Intelligence Oversight and Surveillance Reform” (reforma de la supervisión de servicios de inteligencia y vigilancia) que impediría recolecciones en gran volumen y requeriría investigaciones específicas con causa probable.
El descontento de los ciudadanos con la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) continúa creciendo desde la filtración de informaciones clasificadas del NSA hecha por Edward Snowden, un excontratista y crítico ferviente de la agencia. Desde 2013, esta sensibilización incita manifestaciones y peticiones en Internet. A pesar de la protesta, la administración de Trump no tiene un plan de cambiar programas actuales.