Trump: construcción del muro es prioridad

Redacción
Washington Hispanic

l presidente Donald Trump sostuvo que “si tenemos incluso que cerrar nuestro gobierno, vamos a construir el muro (fronterizo con México)”. Lo dijo durante un mitin de sus seguidores en un centro de convenciones de Phoenix, Arizona, la noche del martes 22.

Al día siguiente, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, afirmó que no considera que un cierre sea “necesario”.

La cámara baja ya aprobó una ley de presupuesto que incluye financiamiento para el muro. Pero el proyecto de ley se enfrenta ante un futuro incierto en el Senado, donde los demócratas y moderados tienen mayor peso.

El jueves, la Casa Blanca no trató de atemperar la advertencia del presidente acerca de una parálisis en el gobierno si no recibe fondos para el muro fronterizo con México.

Sarah Huckabee Sanders, secretaria de prensa de la Casa Blanca, declaró que Trump “no ha escondido” que construir el muro es una prioridad y recordó que fue uno de sus temas en la campaña presidencial. Señaló que “está deseoso” de trabajar con el Congreso para lograrlo.

Por su parte, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Charles Schumer, señaló en una declaración que “si el presidente decide seguir este camino, algo que está en contra de los deseos de los republicanos y demócratas, como también de los deseos de la mayoría del pueblo estadounidense, nos llevará a un cierre del gobierno que no le gustará a nadie y que no logrará resolver nada”.

El mitin

Durante el mitin en Phoenix, Trump ofreció pocos detalles sobre el posible cierre del gobierno pero recalcó que México pagará por la construcción del muro fronterizo, a pesar que el gobierno mexicano repetidamente ha dicho que no lo hará.

El mandatario inició su discurso con llamados a la unidad y la afirmación de que “nuestro movimiento es sobre el amor”. Sin embargo, momentos después culpó a los medios por la amplia condena a su respuesta sobre la violencia en la protesta organizada por supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia.

Hacía referencia a la fecha en que una mujer –Heather Heyer- falleció atropellada por un hombre con ideas neonazis que arrolló a manifestantes que protestaban por la presencia de los supremacistas blancos y del grupo antirracista KKK en la ciudad universitaria de Charlottesville.

«Ustedes saben dónde está mi corazón”, exclamó Trump a la multitud de personas que abarrotaba un centro de convenciones en Phoenix. «Solo estoy haciendo esto para demostrar lo deshonestas que son estas personas”, indicó.

Más adelante, el mandatario señaló que quería evitar la “polémica” de no indultar de inmediato al exsheriff Joe Arpaio, que está a la espera de sentencia en Arizona tras ser condenado en un tribunal federal por desobedecer órdenes judiciales para frenar sus patrullas antiinmigración. Pero dejó pocas dudas sobre su intención de hacerlo.

«Haré una predicción: Creo que él va a estar bien”, afirmó Trump.

Mientras tanto, en el exterior del centro de convenciones quedó patente la división existente en el país.

Un hombre con un megáfono dijo que los manifestantes, en su mayoría latinos, debían “estar en la cocina”. Un contrario de Trump sostuvo un cartel con la imagen del presidente con cuernos y otro con una capucha blanca del KKK.

La jornada de ruidosas protestas, en su mayoría pacíficas, se volvió violenta. La policía empleó espray de pimienta contra los manifestantes y lanzó bombas lacrimógenas después de que alguien arrojó piedras y botellas contra los agentes.

El Departamento de Policía de Phoenix anunció la detención de cinco personas en las protestas posteriores al mitin de Trump.