Tiroteo en escuela de California

Washington Hispanic

AP

ara Elizabeth Barajas fue una pesadilla de horas saber el destino de su hija, a la que había dejado en la escuela un par de horas antes de que la policía reportara disparos en un aula.

Luego se enteraría de que un hombre armado ingresó el lunes por la mañana al salón de su hija de 9 años y mató a la maestra. El agresor también asesinó a un alumno e hirió a otro antes de suicidarse.
De alguna manera, la pesadilla empeoró para ella y su hija, Marissa Pérez.

«No sé qué hacer. No sé qué decirle», dijo Barajas mientras ambas se abrazaban y lloraban afuera de la escuela primaria North Park, en San Bernardino, California, acordonada por la policía.

Mientras Marissa y otros 600 estudiantes eran llevados a lugares seguros, Barajas y otros cientos de padres corrieron a la escuela. Allí soportaron una espera agonizante de cuatro horas antes de saber que casi todos los niños estaban bien físicamente, aunque no emocionalmente.

«Me acaba de decir que sigue asustada. Tan pronto como vio al tipo con la pistola se metió debajo de la mesa. Me dice todo el tiempo: ‘Balacearon a mi maestra y balacearon a mi amigo»’, comenta Barajas. La sudadera de la niña estaba manchada de sangre.

La niña dijo que el hombre no dijo una sola palabra cuando comenzó a disparar. Agregó que uno de sus amigos fue alcanzado por una bala, mientras se señalaba el abdomen.

La policía identificó al pistolero como Cedric Anderson, de 53 años, residente de Riverside. Las autoridades creen que llegó a la escuela con la intención de matar a su esposa Karen Elaine Smith y que accidentalmente baleó a los dos menores.

Muchos padres estaban cerca cuando las sirenas de los vehículos de emergencia rompieron el típico silencio matutino del vecindario.

Barajas está preocupada por lo que deberá pasar su hija luego de haber presenciado el tiroteo.

«No pueden decirnos nada más que nuestros hijos están bien», afirmó. «Obviamente, mi hija no está bien. Ella fue testigo de lo que le pasó a su maestra y a los otros estudiantes y todo lo que nos dicen es que nuestros hijos están a salvo, que hijos están bien».