Patrulla de Fronteras intensifica reclutamiento de agentes

Washington Hispanic

AP

luía la cerveza y tronaba la música en esta localidad del desierto de Arizona cuando Ric Kindle se acercó a un grupo de agentes de la Patrulla de Fronteras en misión de reclutamiento.

No era una típica feria donde se ofrecen empleos. Se trataba del Country Thunder, uno de los festivales de música country más grandes del país, en el que el Servicio de Protección de Aduanas y Fronteras instaló un puesto frente a un casino temporal y cerca de una tienda de mercancías como parte de un esfuerzo por reclutar personal.

El Servicio de Protección de Aduanas y Fronteras quiere llenar 5.000 plazas nuevas en la Patrulla de Fronteras bajo un plan del presidente Donald Trump para reforzar la seguridad fronteriza.

Kindle, de 24 años, dijo que se postularía para la Patrulla de Fronteras apenas llegase a su casa al finalizar el festival de cuatro días. Afirmó que quiere ingresar a algún organismo policial desde que un policía lo paseó en su vehículo un día que se ausentó de la escuela de adolescente y exhibió falta de motivación.

“No me importa en qué organismo termino, quiero marcar una diferencia”, dijo Kindle, residente de Phoenix que trabaja como cocinero en un restaurante de comidas rápidas. Estaba colaborando como voluntario con una organización sin fines de lucro que recauda dinero para familias de personal de rescate que resulta lesionado o fallece en el trabajo.

La presencia de agentes de la patrulla de fronteras y del servicio de aduanas en el festival es parte de una agresiva campaña de reclutamiento. También frecuentan rodeos, competencias deportivas universitarias, ferias de trabajo y festivales de música country como el que tuvo lugar el mes pasado en Florencia, al sudeste de Phoenix.

“Reclutamos donde sea que hay una oportunidad, incluso en eventos comunitarios en plazas de barrio”, afirmó el vocero de la Patrulla de Fronteras Vicente Paco, quien entregaba folletos a los asistentes a la feria.

La Patrulla de Fronteras ha tenido dificultades para reclutar agentes.
Los potenciales agentes deben mudarse a sitios remotos como la pequeña localidad de Ajo, cerca de la frontera con México, o Harlingen, en el sur de Texas. Deben superar además un riguroso proceso de investigación de antecedentes, que incluye un detector de mentiras y preguntas sobre si han consumido drogas o cometido algún delito.

Al Servicio de Protección de Aduanas y Fronteras también le cuesta llenar plazas en su Oficina de Operaciones de Campo, que supervisa los puertos de ingreso por tierra y aire.

La Associated Press informó en enero que aproximadamente dos tercios de los postulantes no pasa el examen poligráfico, un porcentaje que es más del doble del que se registra en las otras ocho agencias policiales que suministraron información a la AP. Posteriormente el Servicio de Protección de Aduanas y Fronteras dijo que ese índice subió al 75%.

La agencia se las ve en figurilla para añadir nuevo personal tras anunciar una expansión en el 2014. Para el 1ro de abril había llenado solo el 72% de las 170 plazas que agregó en Arizona, la mayoría de ellas en Nogales, el puerto de ingreso más activo del estado.

La Patrulla de Fronteras tiene poco menos de 20.000 agentes en todo el país, una cantidad muy superior a la que tenía en la década de 1990, pero menos que los que había hace un par de años. No ha podido llenar las plazas que quedan vacantes cuando alguien se jubila o se va por alguna otra razón. La tasa de contrataciones es de menos del 1%.

El plan de Trump contempla la adición de 5.000 plazas nuevas a la Patrulla de Fronteras. El sueldo mínimo para esas posiciones es de 40.000 dólares al año y todavía no está claro de dónde saldrá el dinero para cubrir esos costos.

En abril, el entonces jefe de la Patrulla Ron Vitiello declaró a la AP que se estaban contemplando formas de hacer menos riguroso el proceso de contrataciones, omitiendo en algunos casos los exámenes poligráficos.

La agencia enfrenta además la competencia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas, que está agregando 10.000 plazas nuevas.
“Tenemos que actuar más rápido que ellos”, dijo en esa ocasión Vitiello, quien fue luego promovido.

No todo el mundo está de acuerdo en que la agencia debe expandirse tan rápidamente.

El American Immigration Council, que no está afiliado a partido alguno, difundió en abril un informe en el que se cuestiona esa expansión y se recuerdan los problemas que enfrentó la agencia al pasar de los 4.000 agentes en 1994 a los 20.000 en el 2016.

“La última vez que la Patrulla de Fronteras recibió una gran cantidad de dinero para contratar a miles de agentes hubo muchos casos de corrupción e irregularidades. No se investigan debidamente los antecedentes de las nuevas contrataciones, los agentes nuevos no están debidamente supervisados y hay agentes que abusan de su autoridad y actúan con impunidad”, señaló el autor del informe Josiah Heyman.

Para atraer reclutas, la Patrulla de Fronteras acude a eventos como el Country Thunder, que atrae 30.000 personas diariamente. Los agentes informan de los beneficios que ofrece esa agencia a individuos con botas y sombrero de vaquero. La mayoría de los que se acercaron eran personas de mediana edad que agradecían a los agentes el trabajo que hacían, les daban la mano y se sacaban una foto con ellos.
Otros pedían detalles del trabajo.

Colten Demers, de 22 años, dice que quiere ser policía desde que tiene uso de razón. Hijo de un ex policía, trabaja en el servicio de seguridad de una firma de Scottsdale y dice que se postuló para varios puestos en organismos policiales.

Prefiere trabajar en la ciudad, pero cree que se va a postular a la Patrulla de Fronteras.

“Se necesita gente en la frontera”, afirmó.