Madre de chico que atacó escuela, es hallada culpable de homicidio involuntario
La madre de un adolescente que realizó un tiroteo en una escuela de Estados Unidos fue hallada culpable este martes de homicidio involuntario en el ataque que causó cuatro víctimas fatales.
Jennifer Crumbley, de 45 años, y su esposo James, de 47, le compraron el arma a su hijo pocos días antes de que realizara el ataque en la escuela secundaria Oxford, el 30 de noviembre de 2021. El padre será juzgado por separado en marzo.
Los doce jurados, que habían iniciado sus deliberaciones el lunes por la mañana en el tribunal de Pontiac, en Michigan (norte), dieron su veredicto el martes al inicio de la tarde.
El 9 de abril se conocerá la pena de Jennifer Crumbley que puede ser de hasta 15 años de cárcel.
Ethan Crumbley, de 17 años, ya fue condenado a prisión perpetua por el tiroteo en el que murieron cuatro estudiantes de entre 14 y 17 años y otros seis, además de un profesor, resultaron heridos.
En los alegatos finales, la fiscal Karen McDonald pidió al jurado declarar culpable a Jennifer Crumbley en cuatro casos de homicidio involuntario, uno por cada víctima.
En cambio, su abogada defensora Shannon Smith sostuvo que Jennifer Crumbley no puede ser acusada por los actos de su perturbado hijo.
«Nadie podía imaginar esto», dijo Smith. «¿Puede realmente cada padre ser responsabilizado por todo lo que sus hijos hacen?», preguntó.
Durante el juicio, Karen Crumbley declaró que su esposo había comprado el arma unos días antes del ataque, como un regalo anticipado de Navidad, y que ella llevó al chico al polígono de tiro.
La mujer señaló que su esposo era el encargado de guardar el arma en la casa y que solamente estaba previsto que la usara en el polígono de tiro.
El día del tiroteo, los Crumbley fueron convocados en el colegio de su hijo luego de que una profesora se alarmó ante un dibujo violento que encontró en el escritorio de Ethan.
A los padres se les mostró el dibujo y se les aconsejó que le brindaran ayuda especializada al adolescente.
Pero supuestamente se negaron a llevárselo a casa, por lo que Ethan regresó a su aula. Más tarde fue al baño y salió de allí disparando el arma que guardaba en su mochila.