Haley sigue adelante pese al favoritismo de Trump
¿Estrategia política, presión de los donantes o quizás arrogancia? Nikki Haley promete que «la lucha continúa» contra el expresidente estadounidense Donald Trump, posicionándose como una opción viable en caso de que la campaña del favorito republicano, repleta de escándalos, implosione.
De las primeras cuatro contiendas por la nominación presidencial republicana, Haley no ha obtenido ninguna, incluyendo una vergonzosa paliza de 20 puntos el sábado en su estado natal, Carolina del Sur, donde además fue gobernadora.
Mientras su camino a una victoria es cada vez más estrecho, su decisión de no retirarse está generando dudas sobre su final en un partido gobernado por Trump y si extender la batalla por la nominación es un abrebocas para una candidatura presidencial en 2028.
Sandie Ellis, una mujer de 66 años, de Columbia, la capital de Carolina del Sur, dijo que votó por Trump pero que «absolutamente» tendrá en mente a Haley para el futuro.
«Es muy joven y está muy calificada, es muy brillante», dijo Ellis a la AFP, al añadir que, a sus 52 años, a Haley le quedan «varios buenos años».
Haley insiste en que la mayoría de votantes se opone a una revancha entre el candidato del «caos» Trump y el presidente Joe Biden, de 77 y 81 años, respectivamente, pues ya pasaron su mejor momento.
Pero los analistas ven que Haley quiere seguir en la lucha sobre todo por si Trump se ve perjudicado por sus problemas legales u otras circunstancias como problemas de salud.
«Haley sigue en carrera por la posibilidad de una condena (de Trump), no de una victoria», dijo a la AFP Julian Zelizer, profesor de historia y asuntos públicos en la Universidad de Princeton.
– ¿Imparable? -Trump, que no mencionó a Haley en su discurso de victoria en Carolina del Sur, y sus partidarios de alto perfil han dejado claro que la batalla ahora es contra Biden en las elecciones nacionales del 5 de noviembre.
Pero Haley sigue recibiendo importantes contribuciones de donantes, lo que permite que su campaña se mantenga a flote pese a las aguas turbulentas.
«Mientras Nikki Haley mantenga sus donantes a bordo, seguirá postulándose», consideró Larry Sabato, director del Centro de Política de la Universidad de Virginia.
«Ella está esperando ver si Trump es noqueado por un fallo judicial o por su salud. Ya es obvio que la propia Haley no puede noquear a Trump», sostuvo.
Zelizer, profesor de Princeton, está de acuerdo en que la «única esperanza de Haley es permanecer el suficiente tiempo para que el proceso legal socave la candidatura (de Trump)».
Si bien los problemas legales del expresidente aún no han frenado su avance hacia la nominación, las encuestas muestran que su apoyo disminuye, incluso entre los republicanos que lo respaldarán en 2024, en caso de ser hallado culpable de un delito.
Se enfrenta a cuatro acusaciones, incluido el intento de anular los resultados de las elecciones de 2020. Su primer juicio penal comenzará dentro de un mes.
Incluso en el caso de que Trump se retirara, Haley no ganaría automáticamente el visto bueno de su partido.
Vendría un proceso complejo, sin precedentes en los tiempos modernos, especialmente si un candidato sustituto no obtuviera el número necesario de delegados para la nominación.
En tal caso, la elección del abanderado recaería en los dirigentes del Partido Republicano, muchos de los cuales desprecian a Haley por lo que consideran una traición a Trump, ya que fue su embajadora ante la ONU.
Para complicar las cosas a Haley, una nuera de Trump va camino de convertirse en copresidenta del Comité Nacional Republicano.
Los partidarios y colaboradores del expresidente quieren sacar a Haley del camino mucho antes de la Convención Nacional Republicana de julio.
«Se puede ver la trayectoria que sigue el presidente Trump», dijo el domingo a CNN el gobernador de Texas, Greg Abbott.
«Después de vencer de forma aplastante a Nikki Haley en Carolina del Sur, está en camino de ganar estos otros estados, ganar el supermartes y poder asegurar la nominación a mediados de marzo», consideró.
Mientras tanto, una desafiante Haley se dirigía a Michigan, donde se vota el martes, con paradas de campaña programadas en Minnesota, Colorado, Utah, Virginia, Carolina del Norte y Massachusetts.