Gobierno de EEUU revisa redes sociales
Jossmar Castillo
Washington Hispanic
Conseguir una visa para viajar a los Estados Unidos resulta un proceso complicado por el que más de 15 de millones de personas pasan alrededor del mundo y desde el pasado 1 de julio se volvió aún más complicado cuando el Servicio de Aduanas e Inmigración de los Estados Unidos empezó a solicitar a los aplicantes que entreguen los nombres de perfiles de redes sociales y números de teléfono celular que han utilizado durante los últimos cinco años.
Este nuevo requerimiento forma parte de las medidas incluidas en una orden ejecutiva del Presidente Donald Trump, que supuestamente busca proteger al país del “Ingreso de Terroristas Extranjeros”. Dentro de la aplicación para una visa los solicitantes deben incluir la dirección de donde han vivido por los últimos cinco años, y probar estabilidad económica.
«Como hemos visto en todo el mundo en los últimos años, las redes sociales pueden ser un foro importante para el sentimiento y la actividad terrorista. Esta será una herramienta vital para evitar que los terroristas, las amenazas a la seguridad pública y otras personas peligrosas obtengan beneficios de inmigración y pongan un pie en el suelo de los Estados Unidos», dijo el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), defendiendo la medida.
Sin embargo, organizaciones en defensa de las libertades individuales están preocupados de que los oficiales consulares y de inmigración evalúen a los candidatos de manera subjetiva por malinterpretar los mensajes que se publican en la Internet, o hasta incluso tomar decisiones sobre la base de un perfil racial.
La Unión Americana por las Libertades Civiles estableció una demanda en contra del Departamento de Estado, de Seguridad Nacional y otras agencias estatales, indicando que la medida de “veto extremo” utilizando las redes sociales “alimenta el objetivo discriminatorio del mundo real de los negros, los inmigrantes, las comunidades religiosas minoritarias y los disidentes políticos”.
Una propuesta anterior del gobierno era mucho más radical y además de las redes sociales, sugería que los aplicantes entregaran también las contraseñas de los sitios.