El año loco de Donald Trump
Destrozó uno a uno a sus rivales durante las primarias, debió hacer frente a una condena penal y acaba de escapar de un intento de asesinato: para Donald Trump, su consagración oficial como candidato presidencial por su partido, corona un año muy especial.
– Trump, el popular –
15 de enero de 2024, 20:36 horas. El mensaje «¡Trump gana en Iowa!» aparece en letras mayúsculas en un salón de baile alquilado por el equipo de campaña del candidato, ante fuertes ovaciones de sus seguidores.
El expresidente, a quien todos veían como un cadáver político apenas unos meses antes, acababa de ganar las primeras elecciones primarias republicanas del año en ese estado agrícola del Medio Oeste estadounidense.
Sus rivales no habían dejado espacio de Iowa sin recorrer, desafiando incluso tormentas de nieve para poder llegar directamente a los electores. Pero fue en vano: Trump los derrotó en 98 de los 99 condados del estado.
Luego, de poco, el magnate se fue quedando sin competencia. Solo la exembajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas y exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, continuó desafiándolo agitando el «caos» que representaría una segunda presidencia de Trump, un argumento con el que intentó seducir a los republicanos moderados.
Tampoco Haley pudo, y tras la jornada maratónica del «Súper martes», el 16 de marzo, cuando se votó en 16 estados, se decidió a abandonar la carrera.
– Trump, el condenado –
«Nosotros, el jurado, hemos llegado a un veredicto»: la frase, pronunciada poco antes de las 16:30 horas del 30 de mayo en el tribunal de Manhattan, en Nueva York, hizo historia.
Al cabo de varias semanas de un proceso ultra mediático, Trump era declarado «culpable» de los 34 cargos que se le imputaban en un caso de pagos ocultos a una exactitud porno para comprar su silencio durante la campaña de 2016.
El histórico fallo supuso un duro golpe para el tempestuoso septuagenario, que se convirtió en el primer expresidente estadounidense condenado penalmente.
Debía esperar al 11 de julio para conocer su sentencia y saber si iría a la cárcel.
Sin embargo, también en la justicia obtuvo un rotundo triunfo, cuando a multas de junio la Corte Suprema, integrada mayoritariamente por jueces conservadores, anunció una postergación de su decisión, debilitando al mismo tiempo las otras causas penales de las que el exmandatario es objeto.
– Trump, el milagroso –
Pocos días después, el 13 de julio, el republicano estaba hablando en una mitin de campaña en Pensilvania cuando se escuchaban disparos.
Un joven de 20 años le había disparado varias veces desde un tejado, a 135 metros de distancia del escenario.
La imagen de un Trump con el rostro ensangrentado y el puño en alto, gritando «¡Peleen, peleen, peleen!» dio la vuelta al mundo.
– Trump, el consagrado –
Menos de 24 horas después de escapar de la muerte, el expresidente aterrizó en Milwaukee para participar en la convención de su partido.
A diferencia de 2016, cuando fue elegido como candidato presidencial en medio de una encarnizada disputa, esta vez no tuvo rivales, y se dio el lujo de ver desfilar, no sin cierto placer, a todos sus antiguos rivales, rindiéndole pleitesía.
En las afueras del inmenso complejo deportivo sede del evento, los asistentes se disputaban camisetas con la foto de su héroe herido y con el puño en alto.
En la tarde de este jueves, Trump aceptará la nominación republicana para las elecciones presidenciales de noviembre, que tiene grandes posibilidades de ganar. Sería el broche de oro de un año loco, loco, loco.