¿Efecto Trump? Los turistas europeos dudan si viajar a EEUU
¿Existe un efecto Trump en el turismo? Los europeos dudan en irse de vacaciones a Estados Unidos, con reservaciones que han sido irregulares los primeros meses del año y un clima pesimista entre los profesionales del sector justo cuando está por empezar el verano boreal.
«El país que yo conocía ya no existe», aseguró a AFP Raphaël Gruber, un médico de 60 años que, junto a su familia, solía ir cada año a Cabo Cod, en Massachusetts, desde 2018.
«Antes, decirle al oficial de inmigración que veníamos a observar ballenas era una buena razón para venir, pero ahora tienen miedo de todo lo que viene del extranjero», añadió desde Fráncfort.
En Estados Unidos, el número de visitantes de Europa Occidental cayó un 17% en marzo, aunque aumentó un 12% en abril respecto al mismo periodo de 2024, según la agencia estadounidense de turismo.
Las llegadas desde Alemania, concretamente, disminuyeron un 28% en marzo, pero aumentaron un 14% en abril, debido a unas vacaciones de primavera más tardías este año, indicó Torsten Schäfer, portavoz de la federación alemana de operadores turísticos (DRV).
«En los últimos meses, casi no hubo solicitudes de cambio de reserva ni de cancelación», matizó. Lo que sí vio, sin embargo, es que se piden muchas más informaciones sobre las condiciones de entrada a Estados Unidos.
A finales de marzo, varios países europeos llamaron a sus ciudadanos a extremar la vigilancia respecto a los documentos solicitados en caso de viaje a Estados Unidos.
Al igual que Gruber, Matt Reay, un profesor británico de 35 años, renunció a viajar a Estados Unidos. El hombre, originario de Northamptonshire en el centro de Inglaterra, eligió América del Sur, donde su «dinero, probablemente será mejor gastado».
En Estados Unidos, «como visitante extranjero, ya no me siento realmente bienvenido», declaró a AFP.
– «El ambiente está un poco apagado» –
El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, «insultó directamente a Reino Unido como país», subrayó el profesor de historia, que también opina que «los aranceles [son] bastante insultantes» y «el trato dispensado a [el presidente ucraniano Volodimir] Zelenski (…) francamente escandaloso».
El número de viajeros procedentes de Reino Unido cayó un 14% interanual en marzo, y aumentó un 15% en abril.
Los resultados del mes de marzo se explican por una «reacción a la retórica polarizadora y a las acciones políticas de la administración Trump, así como a las preocupaciones sobre el endurecimiento de las políticas migratorias y fronterizas», subrayó Oxford Economics en una nota.
El repunte del mes de abril también puede explicarse por promociones en los vuelos. «Se pueden encontrar vuelos, especialmente a Nueva York, por 600 euros», destacó Didier Arino, director de la consultora francesa Protourisme.
En Alemania, Muriel Wagner, de 34 años, decidió mantener su viaje a Boston para visitar a un amigo en Harvard, una de las universidades en conflicto con la administración Trump.
«Nos preguntamos cómo la situación política y la guerra comercial con Estados Unidos afectarían nuestro viaje», explicó esta doctoranda de la Universidad de Fráncfort.
«No hay que dejarse intimidar», aseguró, impaciente por conocer estadounidenses «para hablar con ellos sobre la situación».
«Cuando uno va a Estados Unidos, hay una parte de sueño americano», explica Arino. «Pero el ambiente está un poco más apagado» y «es una implicación financiera tan grande que, además, ser insultado constantemente por la administración estadounidense cuando uno es europeo, no dan ganas», añadió.
Arino calcula que el «efecto Trump» en Francia hizo retroceder un 25% las intenciones de viajar a Estados Unidos este año.
Si bien el número de viajeros franceses solo disminuyó un 8% en marzo, la caída continuó en abril (-12%), según un organismo que agrupa a más de 1.600 empresas del sector. Las salidas de este verano hacia Estados Unidos, a su vez, retroceden un 11%.
Según un estudio del World Travel and Tourism Council (WTTC), que agrupa a los principales operadores del turismo mundial, el sector turístico estadounidense podría perder 12.500 millones de dólares en gastos de visitantes internacionales este año.