Alerta por el aumento de los costos de calefacción
Hay que seguir apretándose los bolsillos, porque además de los drásticos aumentos de precios que se registran en comestibles, vivienda y ropa, se prevé que cuando llegue el invierno, las familias deberán gastar mucho más por la tan imprescindible calefacción.
La alerta fue lanzada el lunes por la Asociación Nacional de Directores de Asistencia Energética (NEADA), cuyas proyecciones indican que podríamos superar un récord de 10 años en los costos de calefacción este año.
La preocupación sobre este tema está impactando fuertemente a las organizaciones benéficas del área metropolitana de Washington, que ayudan a las familias con sus facturas de servicios públicos.
“Estamos viendo un aumento en los costos de la electricidad, y muchos de nuestros clientes usan la electricidad para calentarse, por lo que sus ingresos ya se están viendo afectados ya que ellos no ganan lo suficiente como para pagar la renta de su vivienda y los servicios públicos”, declaró Mary McNamee, coordinadora principal de casos de la oficina regional de Loudoun para la organización Caridades Católicas de la Diócesis de Arlington, en el norte de Virginia.
Según NEADA, el costo de calentar una casa con electricidad, si se lo compara con el invierno pasado, aumentará un 6,9 por ciento, un promedio que representa alrededor de 86 dólares por factura.
A esto se suma que las personas que dependen del petróleo y el gas natural para calentar sus hogares verán un aumento mayor.
- Se espera que los costos del combustible para calefacción aumenten un 12,8%, o alrededor de $239 en promedio para una casa.
- El gas natural subirá un asombroso 34.3%, o alrededor de $243 por factura en promedio.
- Esos estimados fueron proyectados por la organización que representa a los directores estatales del Programa de Asistencia de Energía para Hogares de Bajos Ingresos.
“Tienen que poner primero la gasolina en sus vehículos para ir a trabajar y ganar algo, y luego tienen que elegir el alquiler, mientras que los servicios públicos son lo último”, sostuvo McNamee.
Muchas familias a las que la organización ha ayudado, según dio a conocer, ya tienen problemas para mantenerse al día con todos los gastos. Esto incluye a quienes todavía tienen planes de pago para ponerse al día con las facturas de servicios públicos y que no pudieron pagar durante la pandemia.
“Tienen que pagar la factura actual, más el monto de ese plan de pago, y no hay forma de que lo hagan”, señaló McNamee.
La coordinadora de Caridades Católicas en Arlington dijo que eso conducirá a que más personas desconecten el servicio y acudan a organizaciones benéficas en busca de ayuda.
Ella reveló que ha habido un aumento del 47 por ciento en las necesidades de asistencia desde que comenzó la pandemia. De hecho, informó que la diócesis gastó 6.5 millones de dólares en comida, alquiler, servicios públicos y asistencia médica para los necesitados en los últimos meses.
En el Comando del Área de la Capital Nacional del Ejército de Salvación, el mayor Mark Woodcock dijo que ayudarán “a tantas personas como podamos” este invierno, con el dinero que reciben del Fondo de Combustible del Área de Washington, que se administra en asociación con Washington Gas. Sin embargo, reconoció que es imposible ayudar a todos.