Abundancia de postulantes republicanos ayudaría a Trump
Mientras Donald Trump sopesa si hará un nuevo intento de llegar a la Casa Blanca, las encuestas lo muestran como la figura más popular del Partido Republicano, pero no siempre lo fue.
Cuando compitió con una decena de rivales por la candidatura presidencial en 2016, Trump ganó apenas un tercio de los votos en las primarias de los primeros estados, que son cruciales. Incluso perdió en Iowa, donde comienza el proceso.
A la postre se impuso, porque quienes se oponían a su política divisionista jamás pudieron consolidarse en torno a un solo candidato. La misma dinámica podría repetirse ahora.
La lista de aspirantes a la candidatura crece sin cesar y Trump además de padecer dos juicios políticos, enfrenta nuevas dificultades con la justicia, pero aun así podría ocupar una posición dominante en unas primarias con numerosos candidatos.
“Temo que suceda como en 2016, cuando cada uno creía que los demás debían salir” de la contienda, dijo el estratega republicano Mike DuHaime, que fue asesor de la campaña del gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie. “Creo que cada uno estaba convencido de que tendría la mejor oportunidad contra Trump, pero, claro, cada uno pensaba que era el mejor. Nadie daba el paso al costado… Y entonces fue demasiado tarde”.
Aumenta la ansiedad a medida que los rivales pronuncian discursos de amplia repercusión, multiplican la publicidad, buscan donantes y visitan reiteradamente los estados que inician las primarias.
Entre la decena de aspirantes figuran el exvicepresidente de Trump, Mike Pence; su exsecretario de Estado, Mike Pompeo; así como los senadores Ted Cruz, de Texas; Tom Cotton, de Arkansas; Rick Scott, de Florida y Tim Scott, de Carolina del Sur. Cualquiera de ellos podría presentarse con el programa de Trump.
También hay competencia en el ala antitrumpista, con la representante Liz Cheney, de Wyoming y el gobernador de Maryland, Larry Hogan.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis aparece cada vez más como el heredero forzoso de Trump, incluso para los más leales al expresidente, que lo consideran el aspirante con mayores posibilidades de vencerlo.
La exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley y otros han dicho que no enfrentarán a Trump si decide postularse, pero también hay una lista de postulantes aparentemente con escasas posibilidades que se preparan para la contienda, como Christie.
“Decididamente, lo estoy pensando. Probablemente, no tomaré una decisión antes de fin de año”, dijo Christie en una entrevista reciente. Ha exhortado al partido a dejar atrás a Trump y su obsesión con la elección de 2020.
“Votantes y donantes me dicen lo mismo”, aseguró. “Temen que no podamos colocarnos en una posición tal, que el tema excluyente en 2024 sea el bien del país”.
Pompeo, que ha viajado mucho por el país y planea un regreso próximo a Iowa, afirmó en una entrevista reciente que ha dedicado tiempo a leer y escuchar discursos del ídolo republicano Ronald Reagan mientras se prepara para una posible campaña.
“Nos preparamos para seguir en la lucha”, declaró el mes pasado durante una reunión de cristianos evangélicos en Nashville, Tennessee.
El enfoque de Pompeo, tal como lo describió, sigue los lineamientos de Trump. El exmandatario “fue un trastornador muy necesario en 2016, no cabe duda”, admitió Pompeo. “Y ahora hay que tomar ese conjunto de conceptos, ese conjunto de principios y defenderlos y construir sobre esa base. Adicionalmente, eso necesita mucho trabajo, líderes de gran fortaleza y carácter”, añadió.
Mientras tanto, Trump enfrenta un alud de problemas legales.
La comisión legislativa que investiga la insurrección del 6 de enero ha revelado información altamente perjudicial para él sobre sus últimas semanas en la Casa Blanca. El Departamento de Justicia también investiga. En Georgia, la fiscal que indaga en la intromisión posiblemente ilegal de Trump en la elección estatal en 2020 ha enviado órdenes de comparecencia a miembros del círculo íntimo del expresidente. En Nueva York, sus hijos Donald e Ivanka han aceptado responder bajo juramento a las preguntas del fiscal estatal que investiga sus negocios.
Mick Mulvaney, un exlegislador de Carolina del Sur que fue jefe interino del despacho presidencial bajo Trump, dijo que ante esos problemas legales, los aspirantes “podrían ver una oportunidad que no existía hace dos meses”.
“La fatiga de Trump podría ser una realidad”, añadió. Los votantes podrían preguntarse si, con otro candidato, “pueden obtener las mismas medidas sin tanto lastre”.
Al mismo tiempo, algunos de los candidatos respaldados por Trump en las primarias han sufrido derrotas. Adicionalmente, algunos de los ganadores, como los candidatos a senadores JD Vance en Ohio y Mehmet Oz en Pensilvania, obtuvieron el 30% de los votos, o sea que dos tercios de los votantes del partido se opusieron a los escogidos por Trump.
“Diría que nadie subestima a Trump. No por nada su respaldo es el más codiciado en cada una de las primarias republicanas”, dijo el estratega republicano Alex Conant. “Con todo, se reconoce que muchos votantes republicanos miran hacia el futuro y se preparan para lo que vendrá”.
Es lógico que los aspirantes por ahora sigan viendo cómo sopla el viento, dijo Conant.
“Muchos candidatos en potencia comprenden que 2024 puede ser última oportunidad, independientemente de lo que haga Trump. Hay un demócrata muy vulnerable en la Casa Blanca, la victoria republicana es probable y si no es Trump, quedan marginados por los próximos 10 años”.
Pero el estratega, que fue director de comunicaciones del senador Marco Rubio cuando aspiraba a la candidatura presidencial en 2016, dijo que hay muchas similitudes.
“Parece cada vez más claro que habrá muchos aspirantes a la presidencia. Adicionalmente, si bien creo que hay hambre de cambios, la alternativa a Trump debe consolidarse en torno a un candidato”, afirmó. “Eso no sucedió en 2016. Adicionalmente, podría no suceder en 2024”.