Evaluarán pena contra francotirador de DC
Jossmar Castillo
Washington Hispanic
En 2002 era el terror del área metropolitana de Washington cuando, junto con un cómplice, mató a diez personas en diferentes jurisdicciones con un rifle de francotirador. Casi 17 años después, Lee Boyd Malvo vuelve a ganar notoriedad, después de que la Corte Suprema de los Estados Unidos consideró evaluar si el hombre de ahora 34 años merece una nueva sentencia.
Cuando el terror de Malvo y John Allen Muhammad, de entonces 42 años, acabó, el primero fue condenado a cuatro cadenas perpetuas sin derecho a fianza por el asesinato de ciudadanos de Virginia. Allen Muhammad recibió la pena de muerte y fue ejecutado en 2009.
El año pasado, una corte de apelaciones del Cuarto Circuito determinó que aunque la sentencia contra Malvo es válida, recientes decisiones de la Corte Suprema de Justicia en cuanto a sentencias contra menores de edad cambia el panorama, dado que Malvo contaba con 17 años cuando cometió los crímenes.
La misma corte de apelaciones dijo que una nueva sentencia determinaría si Malvo califica como «uno de los infrecuentes delincuentes juveniles» que pueden ser condenados a cadena perpetua sin la posibilidad de libertad condicional porque sus «delitos reflejan una incorregibilidad permanente». Dijeron que si sus crímenes en cambio «reflejan la inmadurez transitoria de la juventud», tiene derecho a una sentencia menos severa que la que tiene actualmente.
Durante tres semanas Muhammad y Malvo se transportaron por el área de Washington y sus alrededores. Malvo aseguró que disparó contra tres personas y actuó como vigilante en los otros crímenes que en el área dejaron 10 muertos y tres heridos.
Malvo se encuentra actualmente pagando su condena en la prisión de máxima seguridad Red Onion, en Virginia, y se salvó de la pena de muerte porque en 2005 la Corte Suprema de Justicia aclaró que la Octava Enmienda de la Constitución prohíbe la ejecución de menores de edad.
La Corte Suprema revisará la decisión de la corte de apelaciones en el otoño próximo. Como es típico, los jueces no hicieron ningún comentario al aceptar escuchar el caso.