Culpable por asesinatos en Montgomery
Jossmar Castillo
Washington Hispanic
l hombre acusado de asesinar a tiros a tres personas, entre ellas su propia esposa, se declaró culpable la tarde del pasado martes en una corte del condado de Montgomery, Maryland, en donde se llevó a cabo la audiencia, a casi un año de que se registraron los hechos
A Eulalio Tordil, de 63 años se le adjudicaban dos cargos por homicidio en primer grado y dos cargos por intento de asesinato en primer grado por los delitos cometidos en Montgomery. Tordil también tiene una cuenta de homicidio en primer grado en Prince George’s por el asesinato de su esposa, Gladys.
“Este es un hombre a quien no le importaba que tipo de heridas causó a su esposa ni a ninguna otra presona que se puso en su camino”, dijo el fiscal estatal para el condado de Montgomery, John McCarthy.
El hombre, que fungía como un oficial de policía federal, disparó en contra de su esposa afuera de la escuela secundaria High Point, en Beltsville, Maryland, donde ella esperaba a su hija. Eulalio y Gladys estaban separados y en medio de un proceso de divorcio. Un hombre que intentó ayudar a Gladys terminó herido de bala.
Eulalio logró evadir a la policía ese día, pero las autoridades montaron una busqueda masiva tanto en el condado de Prince George’s como en la vecina jurisdicción de Montgomery. La ola de delitos que llevaría a cabo estaba lejos de acabar.
A la mañana del siguiente día Tordil agredió a una mujer que conducía una camioneta mientras, según los investigadores, intentaba robar el vehículo para despistar a las autoridades que ya tenían la descripción del carro que conducía en ese momento y escapar, pero otras personas intervinieron.
El peruano Malcolm Winffel, que trato de ayudar a la mujer, fue asesinado por Tordil. Horas más tarde Tordil acabó con la vida de Claudina Molina, otra mujer en una camioneta, frente a un supermercado ubicado en Connecticut Avenue, en el área de Aspen Hill.
Un oficial dio con Tordil cuando salía de un restaurante y se dirigía a su automóvil con cartuchos en sus manos. Apenas entró al vehículo, dos camionetas de policías lo rodearon y lo pusieron bajo custodia.
El hombre que antes de cometer los delitos fue suspendido de su trabajo por acusaciones de violencia doméstica, ha estado detenido desde entonces sin derecho a una fianza.