Buscan condenar a muerte a ocho mareros
Jossmar Castillo
Washington Hispanic
cho pandilleros pertenecientes a la Mara Salvatrucha podrían convertirse en los primeros de esta organización criminal en ser condenados a muerte en los Estados Unidos por su supuesta vinculación con el asesinato de 19 personas y la comisión de otros crímenes en el área de Long Island, New York.
Debido a la crueldad con que fueron cometidos los asesinatos, sumado a las recientes declaraciones del Presidente Donald Trump y el fiscal general Jeff Sessions de querer acabar con la presencia de esta pandilla en el país, pueda que los jueces apliquen el máximo castigo.
Edwin Amaya Sánchez figura como el principal sospecho y líder de la célula en Long Island. De acuerdo con el Departamento de Justicia, Amaya Sánchez fue deportado en 2010 y tres años después reingresó al país. Se dice que fue él quien ordenó los 19 asesinatos que se registraron desde su llegada hasta el pasado mes de junio.
Las autoridades indican que el grueso de los homicidos, al menos 17, se llevaron a cabo entre enero de 2016 y junio de 2017. Ocho estudiantes, en su mayoría de origen latino, fueron atacados y asesinados con palos, bates de béisbol y hasta machetes.
César Castro, abogado de uno de los imputados, señaló que los acusados están sorprendidos por las acusaciones que sobre ellos pesan, y que aún no eran conscientes de lo que esto significa.
La fiscalía, por su parte, dijo que la acusación de los implicados es la culminación de un excelente trabajo de la policía, incluyendo el Departamento del condado de Suffolk y otras entidades federales.
El FBI declaró en 2012 a la Mara Salvatrucha como una organización criminal transnacional. Y no es para menos, ya que es una de las más violentas de El Salvador, con extensiones en Centroamérica, Estados Unidos y algunos países de Europa.
El secretario de Justicia llegó a El Salvador a finales de julio en busca de formas de aniquilar a la brutal pandilla MS-13. Como parte de sus esfuerzos por aumentar el apoyo para su campaña contra la inmigración no autorizada, el gobierno de Trump ha intentado cada vez más que la pandilla con lazos en Centroamérica sea la cara del problema.
Los recientes asesinatos ligados a sus integrantes han avivado el debate a nivel nacional respecto a la inmigración.