Presidente peruano pide evitar “mar de sangre” en Venezuela

Washington Hispanic
AP

a crisis política en Venezuela puede derivar en un “mar de sangre” y una crisis de refugiados en territorios vecinos si América Latina no interviene, advirtió el lunes el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski.

El mandatario peruano ha propuesto un mecanismo de arbitraje en el que tres países latinoamericanos críticos y otros tres «amigos de Venezuela» escojan a un presidente para dirimir el conflicto, que se ha cobrado docenas de vidas y que mantiene al oficialismo y la oposición enfrentados en las calles y las instituciones.

Kuczynski, que no detalló cómo se llevaría a cabo el proceso de arbitraje, señaló que América Latina debe intervenir para evitar que Venezuela haga peligrar tres décadas de logros democráticos en la región.

“Si no se hace nada vamos a terminar con un mar lleno de sangre, vamos a tener una invasión en Cúcuta y en la frontera de Colombia, gente que llega a Curazao en bote, como en el Mediterráneo,” dijo el mandatario.

Empujados por el deterioro de la calidad de vida en su país muchos venezolanos optan por huir cruzando la frontera con el país vecino o navegando los 65 kilómetros que separan a la isla de Curazao, territorio autónomo de los Países Bajos. Muchos de ellos también han emigrado a Estados Unidos, México o España, donde las solicitudes de asilo se han disparado.

«Si América Latina tiene algo de solidaridad entre los países tenemos que tratar de buscar una solución», añadió Kuczynski.

En su primera visita a España como presidente el mandatario se refirió también a los planes de infraestructura en su país y al valor de la inmigración latinoamericana en Estados Unidos.

Perú necesita más inversiones y una reforma de la administración pública para espolear el crecimiento económico, dijo ante los empresarios. Defendió las mejoras en las carreteras del país y señaló que su gobierno tiene previsto completar dos proyectos polémicos: el gasoducto Sur Peruano, afectado por el escándalo de sobornos de la empresa Odebrecht iniciado en Brasil, y el aeropuerto de Cusco, que ha chocado con oposición política.

El gobierno peruano canceló el mes pasado el contrato para construir el segundo aeropuerto en la ciudad turística, una decisión que Kuczynski atribuyó el lunes a la oposición de algunos congresistas y a que “estaba mal financiado”. La polémica propició la renuncia del ministro peruano de Transportes.

«Chinchero se va a hacer,» dijo el presidente peruano a un grupo de periodistas. “Se tendrá que buscar una nueva fórmula para el aeropuerto, pero se va a construir la parte del movimiento de tierras muy rápidamente y luego se licitará la operación del aeropuerto”.

Por último, al ser interrogado por las políticas del presidente estadounidense Donald Trump, que basó buena parte de su campaña en el control de la inmigración, el mandatario peruano dijo que Estados Unidos debe reconocer lo positiva que ha sido la inmigración latinoamericana en el país para “salvar», según Kuczynski, su sistema de seguridad social.

El mandatario se reunió el pasado viernes con su homólogo francés Emmanuel Macron y el lunes con el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, cuyo país es el primer inversor en el país andino. El martes tiene previsto almorzar con los reyes de España.