Perú aprueba ley que pone en peligro a indígenas y Amazonía
AP
Washington Hispanic
A pocos días de que el papa Francisco abandonara Perú —donde pidió a las autoridades proteger la Amazonía— el Congreso del país andino promulgó una ley que permitirá construir vialidades en un área prístina de los bosques cercana a Brasil.
Esta nueva norma que entró en vigencia el martes rompe convenios internacionales y arriesga la vida de indígenas aislados que viven en la zona.
La legislación establece que las vías se construirán en la región Ucayali respetando las «áreas naturales protegidas y los pueblos indígenas que los habitan», pero ambientalistas, grupos autóctonos e incluso algunos sectores del gobierno la han criticado.
La ley se materializó luego de que el mandatario Pedro Pablo Kuczynski no usara sus poderes presidenciales para objetarla en los casi 50 días posteriores a su aprobación a inicios de diciembre en el parlamento unicameral dominado por el partido de la lideresa opositora derechista Keiko Fujimori.
Entre los diversos acuerdos internacionales con los que rompe destacan tratados comerciales con Estados Unidos y la Unión Europea, obligaciones de Perú sobre cambio climático y recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En diciembre, Victoria Tauli-Corpuz, relatora de la ONU sobre derechos de pueblos indígenas, pidió a Kuczynski objetar la norma y dijo que «podría tener consecuencias irreversibles para la supervivencia de estos grupos, cuyo aislamiento los coloca en mayor riesgo de impactos en sus derechos humanos».
El jueves pasado, durante su visita oficial al país, el papa Francisco alzó la voz en favor de los indígenas aislados, a quienes calificó como «los más vulnerables entre los vulnerables» y pidió defenderlos en medio de la «destrucción masiva del hábitat que nos constituye».
La mayor organización indígena de la Amazonía de Perú pidió el martes «que se derogue inmediatamente» la ley y lamentó que las autoridades peruanas no hayan tomado en consideración «el contundente mensaje en defensa de los derechos de los pueblos en aislamiento» emitido por el papa.
La norma fue impulsada por el grupo mayoritario fujimorista que dirige el parlamento.
The Associated Press intentó comunicarse con el parlamentario de ese grupo, Glider Ushñahua, autor del proyecto de ley, pero su oficina de prensa indicó que estaba en la Amazonía y volvería la próxima semana.
El Ministerio de Cultura se opuso desde diciembre a esta ley y dijo en un comunicado enviado a la AP que «existe sólida evidencia de que la construcción de carreteras en la Amazonía fomenta el crecimiento de actividades ilícitas, como tráfico ilegal de madera, minería ilegal y narcotráfico».
«Debemos dar alternativas de transporte y comunicación viables en la Amazonía de manera que se protejan los bosques y a los pueblos en aislamiento, y se garantice la seguridad nacional. Ucayali concentra el tráfico ilícito de madera del país», agregaba el documento.
María Julia Urrunaga, directora en Perú de la organización internacional Agencia de Investigación Ambiental (EIA, por sus siglas en inglés) resaltó que «en la selva, el 95% de la deforestación ocurre a menos de seis kilómetros de los caminos”.
“Hasta donde entendemos, esta ley no ha pasado por una consulta previa con los pueblos indígenas, quienes en múltiples oportunidades han expresado su oposición a la construcción de este tipo de caminos», agregó.
Aunque la ley no establece exactamente las rutas por dónde pasarían las nuevas carreteras, la construcción podría afectar de manera directa a cuatro reservas indígenas con población en aislamiento voluntario en un área mayor a 24.000 kilómetros cuadrados, que supera la extensión del territorio de Israel.
El Ministerio de Cultura también dijo que esta construcción podría comprometer la salud e integridad física de los indígenas en aislamiento y que «por su situación de especial vulnerabilidad inmunológica, encuentros directos o contacto con terceros involucran un alto riesgo de epidemias».
Perú es uno de los pocos países del mundo con población en aislamiento voluntario que según expertos tomó la decisión de vivir en los bosques más remotos para escapar de una muerte segura o de la esclavitud provocada por buscadores de caucho que enviaban sus cargamentos a Europa y Estados Unidos.