Hallan más de 250 cráneos en cementerio Mexicano clandestino

Washington Hispanic
AP

ás de 250 cráneos han sido encontrados en los últimos meses en lo que parece ser el cementerio clandestino de un cártel del narcotráfico en las afueras de la ciudad de Veracruz, informó el martes el procurador del estado del mismo nombre Jorge Winckler.

La noticia no generó sorpresa en Lucía Díaz, la madre de uno de los desaparecidos, cuyo grupo es conocido como Colectivo Solecito.

Las madres presionaron a las autoridades para investigar los campos en los que se encontraron los restos, porque desde hace más de un año tenían la sospecha de que la zona boscosa conocida como Colinas de Santa Fe era lugar de una fosa clandestina.

Ante la nula actividad por parte de las autoridades, los mismos activistas fueron al campo a partir de agosto de 2016, hundiendo varillas por todo el terreno para detectar el delator olor de la descomposición y comenzar a cavar.

Cuando encuentran lo que cree que pueden ser fosas, alertan a las autoridades, quienes realizan las excavaciones finales.

«Escavamos los hoyos, pero intentamos no tocar los restos», dijo Díaz, porque el ADN podría ser la única esperanza para identificar a las víctimas y tocar los huesos podría alterar dicha evidencia.
Hasta ahora, de acuerdo con Díaz, los investigadores han encontrado unas 125 fosas que contienen cerca de 253 cuerpos. Nadie sabe cuándo comenzaron los entierros, pero Díaz afirma que algunos son bastante recientes.

«Algunos de los cuerpos tenían mucho tejido. Se podía ver una oreja o reconocer parte del rostro», comentó.

En el primer reconocimiento oficial, Winckler parecía advertir que los entierros ocurrieron antes de que el nuevo gobierno tomara el cargo en diciembre pasado.

«Durante muchos años, el crimen organizado desapareció personas con la complacencia de la autoridad», dijo el procurador en una entrevista con la televisora Televisa, en una aparente referencia al periodo del exgobernador Javier Duarte, quien está prófugo de la justicia, y sus predecesores.
Duarte renunció al cargo dos meses antes de que concluyera su mandato el año pasado y desapareció.

Enfrenta diversos cargos, entre los que se incluye lavado de dinero y crimen organizado, y las autoridades lo acusaron de saquear las arcas del estado. Winckler dijo que los recursos necesarios para las pruebas de ADN en investigaciones criminales se han desvanecido, por lo que dependen de la ayuda del gobierno federal y de grupos como la Cruz Roja.

Hasta el momento solo se han identificado dos cuerpos — el de un detective de la policía y su asistente — comentó Winckler.

El fiscal dijo que las excavaciones cubren solo una tercera parte del terreno en el que se encontraron los cráneos, por lo que podría haber más restos en el lugar.

«Yo no me imagino cuánta gente más podría estar allí enterrada ilegalmente», dijo Winckler al resaltar que el estado tiene reportes de alrededor de 2.400 personas desaparecidas. «Veracruz es una fosa enrome».

Díaz dijo que es «imposible determinar» cuántas personas están enterradas, y no está segura de que las fosas no se hayan utilizado recientemente. «No sabemos cuándo se detuvo, si acaso se detuvo». Aseguró que los investigadores encontraron ocho cadáveres apenas hace 10 días.

Su grupo ha criticado a las autoridades estatales anteriores y actuales por no hacer mucho para intentar encontrar o identificar a los desaparecidos en la entidad, muchos de los cuales fueron secuestrados y nunca más se supo de ellos.

El estado ha sido dominado desde hace tiempo por el cruento cártel de Los Zetas. Pero el cártel Jalisco Nueva Generación comenzó a ingresar al territorio alrededor de 2011, lo que generó sangrientas disputas.

No es el único ejemplo de que los cárteles del narcotráfico utilizan fosas comunes. En el estado de Durango, en el norte de México, las autoridades encontraron más de 300 cuerpos en una fosa clandestina desde que comenzaron las excavaciones en abril de 2011.

En abril de 2011 también se descubrieron más de 250 cuerpos en fosas ubicadas en la localidad de San Fernando, en el estado de Tamaulipas, cerca de la frontera con Estados Unidos.

En algunas partes de México, los grupos del narcotráfico han quemado o disuelto los cuerpos de sus víctimas en sustancias corrosivas, para evitar que sean descubiertas.

Díaz se integró a los esfuerzos después de que su hijo, Guillermo Lagunes Díaz fuera secuestrado en su casa en 2013. Nunca se encontró rastro de él. «Fue secuestrado. Es lo único que sé», dijo Díaz. Pese a sus solicitudes ante las autoridades estatales, la investigación del caso se llevó con lentitud y ni siquiera se molestaron en rastrear su teléfono, lo que podría haber ayudado a localizarlo.

Pero ella y otras madres y voluntarios del Colectivo Solecito nunca cesaron en su búsqueda, al menos de los cuerpos de sus seres queridos.

«Las madres decimos que siguen con vida, hasta que sepamos otra cosa», afirmó. Pero sospecha que policías corruptos pudieran están involucrados en las desapariciones. Varios grupos de policías del estado han sido arrestados por el secuestro de personas, mismas que entregan a los cárteles del narcotráfico.

«O son los criminales, o la policía, o ambos», los que tiraron los cuerpos en Colinas de Santa Fe, afirmó. «En Veracruz es un poco difícil encontrar la diferencia».