El Parlamento cubano ratifica a Díaz-Canel como presidente
Los diputados de la Asamblea Nacional ratificaron el miércoles como presidente de Cuba para un nuevo mandato de cinco años a Miguel Díaz-Canel, quien reconoció la necesidad de sacar a la isla de la crisis económica y defendió el unipartidismo como modelo.
A su vez, el gobernante confirmó ante los representantes legislativos a 20 de los ministros con los que ya trabajaba para su equipo de gobierno, incluyendo al premier Manuel Marrero.
En lo que fue el último acto de un largo y complejo proceso electoral cubano que comenzó en noviembre pasado y continuó en marzo con la elección de los flamantes 470 representantes del Parlamento unicameral, el miércoles los legisladores tomaron posesión de sus cargos, constituyeron la Legislatura y eligieron al Consejo de Estado, para luego darle continuidad al mandatario y su vicetitular.
Díaz-Canel obtuvo 459 votos de los 462 legisladores presentes. También se ratificó al vicepresidente Salvador Valdés Mesa, quien venía ejerciendo dicho cargo.
Valdés Mesa obtuvo 439 sufragios favorables de los miembros de la Asamblea.
El principal desafío de Díaz-Canel será sacar adelante a la isla de la crisis económica producto de la recesión ocasionada por la pandemia de COVID-19, una serie de decisiones de política financiera que dispararon la inflación y severas sanciones por parte de Estados Unidos, como reconoció el propio gobernante durante el discurso de aceptación del cargo.
“En lo inmediato”, dijo el mandatario, la dirección principal de su equipo “debe centrarse» en la producción de alimentos, el aumento de las exportaciones y el desarrollo de la empresa estatal socialista, así como en la complementariedad del sector privado.
«Todo ello en función de incrementar la oferta de bienes y servicios y controlar la inflación, en lo que se constituye la principal prioridad de trabajo en la batalla económica”, agregó Díaz-Canel.
Tanto Díaz-Canel como Marrero reiteraron que no habrá modificaciones en el modelo socialista y de partido único de la isla.
Vestido de uniforme verde olivo, en primera fila de la sesión también estuvo presente el ex mandatario y líder de la revolución, Raúl Castro, quien también es diputado.
“Las 470 personas que recién juramos como diputados no ganamos el curul por tener más dinero… Cada uno de nosotros está sentado aquí para defender los intereses de la mayoría”, expresó Díaz-Canel. “No vamos a cobrar más, ni recibir prebendas como sí ocurre en tantos países que sí presumen de modelos democráticos multipartidistas”.
“Cuba defiende el partido único, garantía de unidad… Porque no se disgregan las fuerzas de una nación que hace 200 años fue declarada como apéndice para anexar al poderoso vecino”, agregó el dirigente, en alusión a las tensiones que vive la nación caribeña desde hace más de seis décadas con Estados Unidos.
Los críticos del sistema político cubano sostienen que el proceso electoral no da cabida a voces opositoras y que el Parlamento respalda sin discusión al oficialismo. Pero las autoridades defienden el modelo como una forma de gobierno participativa que incorpora a todos los sectores sociales del país.
La única institución política con estatus legal es el Partido Comunista de Cuba (PCC), pero su función no es electoral pues no nomina candidatos y los diputados no están obligados a ser sus miembros. Aunque según la constitución, su misión es dirigir el rumbo del país, por lo que su influencia es enorme.
Díaz-Canel es el actual primer secretario del PCC.
Por su parte, los diputados de la Asamblea no reciben una remuneración por su labor sino que continúan vinculados a sus trabajos.
Además de Castro y Díaz-Canel, entre los legisladores se encuentran personalidades connotadas como casi todos los ministros y hasta el joven Elián González, quien de niño en los años 90 fue centro de una disputa de custodia con Estados Unidos.