Crece descontento de campesinos contra gobierno en Paraguay

Washington Hispanic

AP

esafiando las órdenes de la policía, más de mil campesinos del norte de Paraguay se mantuvieron firmes a sus bastones de madera —considerados por ellos mismos como un símbolo rural— para tratar de protestar contra el gobierno, que recientemente declinó una petición para apoyarlos económicamente tras la pérdida de sus cosechas.

La manifestación, que debía llevarse a cabo en la capital paraguaya, fue contenida por las fuerzas de seguridad.

Los agricultores pertenecen a los departamentos de Concepción y San Pedro, a unos 440 kilómetros de Asunción, y llevan casi 30 días instalados en la Plaza de Armas para pedir que el gobierno condone sus deudas. Según explicó uno de los líderes campesinos la semana pasada a The Associated Press, necesitan 34 millones de dólares para que 17.000 labriegos puedan cubrir los gastos derivados del daño a sus cultivos.

Aunque el Congreso aprobó el 2 de agosto una legislación que acataba su petición, el presidente Horacio Cartes la vetó. Ahora el documento está nuevamente en manos de la Cámara de Senadores para su ratificación o modificación. El Senado tiene previsto reunirse el jueves próximo.

Según dijo a la prensa la comisaria Elisa Ledesma, portavoz policial, la marcha campesina fue contenida debido a que los labriegos habían acordado presentarse sin palos, pacto que no cumplieron.

En tanto, el líder rural Jorge Galeano dijo en conferencia de prensa que «el palo no es un arma sino un símbolo del trabajador rural. La verdadera arma es la que los policías llevan consigo, como sus pistolas, carros hidrantes, perros y caballos listos para reprimirnos».

Elvio Benítez, uno de los líderes, anunció que la marcha se llevaría a cabo el miércoles, luego de una reunión que tendrían con senadores para «encontrar una solución al veto de Cartes».

Sin embargo, según dijo en días pasados Pedro Alliana, del oficialista Partido Colorado y presidente de la Cámara de Diputados, los labriegos no precisaron quiénes serían los damnificados, cuál es el monto de sus deudas, qué organismos financieros privados les dieron los préstamos que ahora reclaman ni en qué usaron el dinero obtenido.

En el marco de las protestas, Lea Giménez, ministra de Hacienda, anunció en conferencia de prensa que el gobierno «pone a disposición de los labriegos sus organismos especializados para capacitarlos en finanzas, de manera que sepan cómo administrar sus recursos».

De acuerdo con la Federación Nacional Campesina, de centroizquierda, el 2,5% de los latifundistas posee 85% de las tierras más productivas en la región oriental destinadas al cultivo mecanizado de soja, maíz y girasol. El resto está en manos del pequeño productor de rubros de renta familiar.