Centroamérica da último adiós a sus migrantes
El Salvador culminó el domingo el proceso de repatriación de siete compatriotas que murieron en el incendio en un centro de detención migratorio de Ciudad Juárez, en el norte de México, el 27 de marzo y reiteró su exigencia para que se haga una investigación exhaustiva de esa tragedia.
Los siete fueron sepultados en ceremonias fúnebres realizadas en Chalatenango, El Salvador, y otras ciudades.
El miércoles 12, un total de 11 guatemaltecos y seis hondureños recibieron sepultura en sus respectivos países, en medio del dolor y la tristeza de familiares, amigos y de toda la comunidad que los acompañó, primero en la vigilia y luego en los sepelios.
La mayoría de los 40 migrantes muertos eran centroamericanos, pero también había venezolanos y de otras nacionalidades. Casi una treintena más resultaron heridos, de los cuales 16 siguen hospitalizados.
“Nuestro país busca un esclarecimiento de los hechos por lo cual hemos sostenido reuniones clave para dar a conocer nuestra posición” al Estado de México, dijo en conferencia de prensa la vicecanciller de Diáspora y Movilidad Humana de El Salvador, Cindy Portal, en San Salvador.
La funcionaria señaló que los cuerpos de los salvadoreños habían sido entregados a sus familiares en los departamentos de Sonsonate, Chalatenango, La Libertad y San Salvador.
Explicó que el gobierno de México se hizo responsable de los gastos de repatriación terrestre, así como también de los gastos de transporte y estadía de los familiares que viajaron a ese país para identificar los cuerpos.
Por respeto a los familiares, indicó, no identificaron a las víctimas, aunque señaló que se trata de siete hombres con un rango de edad entre los 35 y 40 años. Refirió que las autoridades mexicanas publicaron los nombres de 12 de los más de tres docenas de muertos en el siniestro.
“Estamos exigiendo que los culpables de este crimen puedan pagar con la cárcel”, subrayó Portal. «Estamos exigiendo también la renuncia de las personas que son responsables de la política migratoria en México”, agregó. Afirmó que “este no es el primer caso donde El Salvador está exigiendo respuesta; hay muchos casos que han quedado en la impunidad y en los que nosotros estamos solicitando resarcimiento de los daños”.
El martes, el canciller guatemalteco, Mario Búcaro, acompañó en la repatriación de los cuerpos en un avión de la Fuerza Aérea mexicana y, a su arribo a Guatemala, calificó de “tragedia terrible” el incendio en el que murieron los migrantes cuando estaban bajo custodia de las autoridades migratorias mexicanas.
Agregó que se buscará “juicio, castigo y reparación” y que, bajo la ley mexicana, el gobierno guatemalteco se convirtió en parte procesal coadyuvante dentro del proceso penal federal abierto sobre este hecho.