Brexit: Los anti-UE van a encontrar que es difícil cumplir promesas

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Jill Lawless

os políticos que querían que Gran Bretaña abandonara la Unión Europea no escatimaron en sus promesas. Sus buses de campaña tenían carteles que prometían «tomar el control» del país en temas como la inmigración y prometieron que iban a aumentar los recursos para su querido Sistema Nacional de Salud.

Lo cierto es que Gran Bretaña tiene por delante meses de negociación para salirse del bloque de 28 naciones europeas que integran la Unión Europea, y los líderes que propugnaban por la salida del país van a encontrar que sus promesas de prosperidad, soberanía y aumento del gasto público van a ser difíciles de cumplir.

De hecho, ya lo saben y están bajando las expectativas.

Duncan Smith, que apoyaba la salida del Reino Unido de la UE, ahora dice que la campaña no realizó promesa alguna, sino que simplemente ofreció una «serie de posibilidades». Luego de haber sorprendido al mundo, y a los mercados globales, con los resultados del referendo, Gran Bretaña no tiene afán alguno en salirse de la Unión.

La campaña por la «salida», liderada por el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, aún tiene que decir cómo piensa que debe ser la relación de la Gran Bretaña con la UE y el Primer Ministro, David Cameron, dice que el país no va a empezar las negociaciones de este complicado divorcio hasta que un nuevo Primer Ministro sea elegido después del verano.

Antes de la votación del jueves, el tono por la campaña a favor de la «salida» era mucho menos ambiguo que ahora: querían salirse, querían asumir el control de la inmigración proveniente de la UE y querían mucho dinero de la Unión Europea.

«Retomemos el control», decía un slogan de la campaña en favor de la salida. Sus líderes argumentaban que Gran Bretaña podía hacerse cargo de sus fronteras, limitar la inmigración solamente saliendo del bloque de países. Y ello se lograría si eliminaban el derecho de los trabajadores de la UE a vivir y trabajar en Gran Bretaña.

Un estimado de dos millones de polacos han venido a trabajar en Gran Bretaña desde 2004, y 850.000 siguen allí.