CENAES sigue alfabetizando
Jossmar Castillo
Washington Hispanic
uando la señora María de los Ángeles llegó desde El Salvador a los Estados Unidos era apenas una niña. Las circunstancias de la vida no le permitieron ir a la escuela y antes de las letras, sin una familia que la apoyara, tuvo que aprender las lecciones de la vida para sobrevivir.
Mientras trabajaba en California le llegó a sus manos un silabario, un libro que sirve para la enseñanza de la escritura y lectura, y al que se aferró emocionalmente con mucha fuerza. “Algún lo voy a leer”, decía María de los Ángeles viendo cómo el silabario se ponía amarillo con el transcurso de los años.
Finalmente ese día llegó cuando se mudó a Washington D.C. y después de un tiempo se inscribió a las clases que ofrece el Centro de Alfabetización en Español (CENAES), una organización dedicada a la enseñanza de adultos en la región metropolitana de la capital de la nación.
“Con mucho empeño y entusiasmo seguí los consejos de los maestros y ahora ya sé escribir mi nombre y leer documentos”, contó doña María, quien le prestó poca atención a los comentarios de un vecino que le decía que ella ya estaba muy vieja para aprender.
Ella le demostró lo contrario y en vez de hacerle caso, siguió adelante con su meta hasta llegar al punto que es ella quien le hace el favor a ese vecino de leerle las cartas y otras notificaciones que recibe.
Doña María Herrera y doña Reina Reyes no se quieren quedar atrás y poco a poco van aprendiendo las letras.
“El que no sabe leer ni escribir es como si estuviera ciego”, dijo doña Reina, agradecida con el trabajo de CENAES y sus voluntarios para ayudar a la comunidad que más lo necesita.
Y no hay excusa para no aprender, como dice María de los Ángeles, quien subrayó que hay clases todos los días en diferentes centros en Virginia, Maryland y Washington, DC. “Si los voluntarios sacan el tiempo para enseñarnos, nosotros debemos sacar el tiempo para aprender”, dijo. CENAES desarrolló un sistema de enseñanza que consta de tres niveles y va desde principiante, pasa por el intermedio y termina con los avanzados.
Así como estas tres mujeres que han decidido aprender a leer y escribir con CENAES, hay otros cientos de personas más que ahora llevan un estilo de vida diferente, después que abrieron la puerta al conocimiento.
Vilma es un ejemplo de ellos. Después de mejorar su lectura y escritura, logró conseguir su GED, un equivalente a la escuela secundaria, y ahora estudia inglés.
Aparte de lograr sus metas educativas, otra de las cosas con lo que estas mujeres sueñan es que algún día CENAES llegue a tener un local propio, en el que ellas y cientos de personas más puedan recibir las lecciones en un ambiente agradable, pues actualmente la organización brinda sus clases gracias al apoyo de entidades que ofrecen un espacio.
“Nos gustaría que alguien nos ayudara a hacer este sueño realidad”, sostuvo doña María Herrera.
Mario Gamboa, fundador y director ejecutivo de CENAES sigue realizando la labor con el mismo entusiasmo con el que inició hace 13 años.
“Estoy muy contento y orgulloso de nuestros estudiantes y me siento muy motivado, porque veo están avanzando. Ellos son parte de nuestro equipo, somos una familia”, dijo Gamboa.
Nuevo lugar de clases
Los residentes de Riverdale, Maryland, podrán aprovechar las clases de alfabetización que se llevan a cabo los Lunes en el Centro Multicultural de la Juventud, ubicado en la 6200 de la Sheridan Street, en un horario de 6:00 p.m. a 8:00 p.m., gracias al apoyo de LAYC, United Way y AmeriCorps. Para inscripciones en esta clase y cualquier otra para el segundo semestre (febrero a junio) puede llamar a Mario Gamboa al 202-607-3901.