El maravilloso mundo del pintor Marco Valencia
Ya conocía sobre la obra pictórica de Marco Valencia, a través de las redes sociales, y cuando visité El Salvador, los destacados artistas plásticos Miguel Ángel Ramírez y David Duke Mental, por separado, me hablaron muy bien de él y su meritoria trayectoria artística. Coordinamos una reunión en un restaurante y departimos varias horas donde la conversación fluyó sobre su vocación artística, trayectoria profesional, valoraciones respecto al arte en el país y compartió sus procesos creativos y propuesta estética.
Marco Valencia resultó toda una revelación, y sus pinturas son extraordinarias y maravillosas y, antes que nada, invito a que las vean en su sitio web: https://www.marcovalencia.net/ . Conocerán sobre sus muchos reconocimientos y valoraciones de expertos sobre sus exposiciones y arte. Su obra “Helechos en el Bosque” fue escogido como regalo oficial de la República de El Salvador, en la Boda Real del Príncipe Felipe de España, ahora Rey de España, con Doña Letizia Ortiz.
El impacto visual de las pinturas de Marco Valencia es sobrecogedor; refrescan la percepción con sus bosques, ríos, cascadas, montañas y parajes que, si bien refractan la realidad posible, es en verdad un canto a la vida, a la pureza de la naturaleza, al recogimiento y reflexión tan necesarias en el día a día. Son un paisaje interno del paisaje, como si los árboles comunicaran su longeva paciencia. Precisamente sus pinturas nos transmiten la magia escondida entre luces y sombras.
La intimidad del pintor con sus lienzos es nítida y conmovedora, como devela Marco: «A veces me pasa que de repente hay como una voz interior que dice recomenzar lo que ya se hizo, sí, borrar y rehacer, aunque se borren horas o días enteros de trabajo, estos micro “hara kiri” de la pintura son arriesgados, no conviene hacerlos con la mente confusa, hay que hacerlos tras una reflexión profunda, pueden deformar la obra o bien darle el verdadero sentido que buscamos». Y cada obra de Valencia es, a mi juicio, Un Gran Sentido de la belleza, la esperanza, la pureza y la fuerza de la naturaleza.
En otro momento revela: «En mis temas impresionistas el paisaje imaginario es manejado por la ejecución rápida y casual, […] no se planifica casi nada, mucho menos bocetos que son inexistentes, son sesiones cortas de horas que hablan mucho, y sí, en horas o días se puede hacer algo, concebir una idea especial -si hay inspiración-, recuerden que Van Gogh hacía diez o más cuadros diarios ¡qué nivel de euforia tenía!»
Valencia, al comentar su obra “Mar verde. Acrílico s/tela 32 x 52 cm 2022” dice: «Esta obra, al igual que muchas que pinto, son paisajes imaginarios, en esta vez un horizonte con un valle de cierta amplitud rodeado de nubes al caer la tarde, no es tarde completa porque las nubes son aún blancas, pero se empieza a ver los tonos amarillos ocres, y como una hondonada de montañas al lado izquierdo del río atraviesa como queriendo serpentear las dificultades».
El maestro Marco Valencia nació en El Salvador en 1973, es Ingeniero Químico graduado en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas -UCA- en 1998. Su pasión por el arte y el genio innato en su exquisito manejo de los pinceles y técnicas lo ha llevado y posicionado como uno de los artistas relevantes y muy bien cotizado en el país, pero también en México, Estados Unidos, Centroamérica y muchas otras latitudes que se regocijan en lucir una de sus pinturas. Las exposiciones son tantas y variadas que ya es irrelevante mencionarlas.
Recién en Junio su obra recibió un reconocimiento, entre otros que validan su calidad internacional, otorgado en el Festival de Arte DaVinci México 2022. Y es un orgullo para la República de El Salvador que una de las pinturas de Marco Valencia adorne uno de los palacios españoles. No hay duda que gracias a su trabajo creativo y talento, el país es cada día más esperanzador y buena razón para “hijos suyos podernos llamar”.
(*) Escritor de la diáspora salvadoreña en USA, Magister en Literatura Hispanoamericana de la Pontificia Universidad Católica del Perú.