Desafío aceptado

Grego Pineda
Washington Hispanic

“Querido Grego:

Quiero pedirte que escribas sobre ‘Un niño sin nacer’, ese que perdió su realidad de existir porque no le preguntaron, ese que aún sin rostro, llena de vacío el corazón de una gitana, ese que aparece en los ojos de cada bebé en la calle, ese que reclama su derecho desde las entrañas de la que no puede ser nombrada, mal remedo de mujer llamada por la naturaleza madre y por la iglesia pecadora y por las feministas mujer con derecho a decidir sobre su cuerpo.

Quiero pedirte de corazón que plasmes en el papel de la multitud con tu pluma maravillosa, cínica, cruel, realista y tan humana, este problema social llamado aborto que nos convierte a las mujeres en crueles asesinas, víctimas o victimarias, protagonistas o antagonistas, en buenas o malas, en santas o malditas y en fin en una gama de hechos, ecos y sucesos que nos arrastran y marcan a algunas y alivian a otras.

Quiero que escribas desde la perspectiva del no nato, que te zambullas en la eterna pregunta legal si es persona o no es persona, si es un crimen, un castigo o un alivio.

Quiero tu versión, no la mía, quiero tu visión de este enigma, qué piensa el yo escritor, pero además quiero que me cuestiones, que me preguntes, que me juzgues, que busques dentro de mí las respuestas del escritor sin recordar al amigo, ¿Te atreves Grego, lo harías por mí? usa mi voz, usa mi historia, usa lo que quieras de esta vida que a través de ti quiere contar lo que su lengua no puede repetir y enséñame de tu pluma a entender y entenderme, dime qué camino seguir y como vivir con ello. Piénsalo.”

Querida amiga:

He leído y pensado mucho en tu sentida carta. La he desglosado palabra por palabra, buscando las emociones que no declaras, las lágrimas que corren entre cada línea y que soy indigno de juzgar, pero si de conjugar. Te quiero mucho, lo sabes. Y por eso me aflige tu vehemencia y aprehensión y corro no para auxiliarte, pero si para estar allí, junto a ti, sin hablar. Y a tu pregunta de si me atrevo, pues si, me he atrevido, con afán de búsqueda, y espero no decepcionarte ni agregar una emoción más a la vorágine que te envuelve. He aquí mi respuesta literaria:

 

CARTA A FALLIDOS PADRES

Papitos:

En estos momentos son unos dioses. Tienen el poder de crearme y aunque ya lo hicieron, pueden destruirme. Esto lo harán con tristeza, pero… lo harán.

Mamita:

Esperé muchos ciclos de la vida para que tú muy sentida me colmaras de cariños y besitos que bien sé que puedes, pero, ¿no quieres… o no debes…?

Durante siglos, contados por evolución, ansié y soñé, tuve la ilusión de conocerte y hoy que tendré la oportunidad, tú no me dejas.

Te amo mucho y por eso te obedezco desde ya:

Tú no quieres…Yo no querré.

Con el poco aliento de vida que tengo y las muchas ilusiones, cuánto siento no poder hablarte y decirte: ¡MAMITA TE QUIERO!, ¡MAMITA TE AMO!

Que calientito está aquí, en tu cuerpo, siento como si del cielo no hubiera bajado aún, pero mientras me dejes estar aquí, adentro, procuraré calentarme un poquito más…

¡¡ Para el gran frío que me espera!!