Jordan Peele habla de los sueños y pesadillas de «Nope»
Hay pocas cosas en el cine contemporáneo como la llegada de una nueva película de Jordan Peele. Tienden a descender de manera ominosa y misteriosa, como un objeto desconocido que proyecta una sombra que se expande y oscurece a medida que se acerca.
“Nope” («¡Nop!»), la tercera película del guionista y director, ya casi está aquí. Tras la singular ópera prima de Peele, “Get Out” («¡Huye!»), sobre la posesión de cuerpos negros y la falacia de los Estados Unidos posraciales, y su continuación “Us” («Nosotros»), una monstruosa historia de dobles y espejos sociales, la bien guardada en secreto “Nope” trae un nuevo conjunto de horrores y metáforas inquietantes. Para Peele, que escribe a lo largo del rodaje y considera que la conversación que genera una película es uno de sus ingredientes principales, está lejos de ser un proyecto terminado.
“La película está lista”, dijo Peele en una entrevista reciente. Pero “todavía la estoy escribiendo”.
Es su filme más ambicioso hasta la fecha, un terror de un platillo volador que profundiza en la naturaleza del espectáculo y el deseo de documentarlo, un tema de múltiples hilos que abarca la historia de Hollywood y a “Nope” en sí mismo. Daniel Kaluuya y Keke Palmer interpretan a un hermano y una hermana en un negocio familiar de adiestramiento de caballos para producciones cinematográficas. Su rancho de California es visitado por una fuerza extraña y violenta en las nubes que ellos intentan capturar en una película.
“Nope”, que se estrena en cines el viernes, también amplía la mitología autoconjurada de Peele. Sus cintas están unidas entre sí muy libremente (algunos establecimientos ficticios aparecen en varias de ellas), y ahora incluso abarcan una atracción del parque temático “Nope” en Universal Studios Hollywood. El mundo oscuro de Peele es cada vez más nuestro.
Para Peele, como dijo recientemente por Zoom desde Los Ángeles, “Nope” se trata de alcanzar una especie de película de Hollywood que alguna vez fue inalcanzable. Deliberadamente, abre con el estudio fotográfico de 1887 de Eadweard Muybridge que muestra a un jinete negro sobre un caballo. Fue una de las primeras imágenes en movimiento. Pero si bien se registró el nombre del caballo y su dueño, se desconoce el nombre del jinete negro.
“Siento que por primera vez este es el momento en que alguien me permitiría a mí o a alguien más hacer esta película. Y por eso tenía que aprovechar. Tenía que hacerla lo más grande posible”, dijo Peele.