FBI reitera su preocupación hacia TikTok sobre seguridad
El director del FBI, Chris Wray, reiteró la preocupación de su agencia hacia TikTok en materia de seguridad nacional, advirtiendo el viernes que el control de la popular app podría caer en manos de un gobierno chino “que no comparte nuestros valores”.
Al FBI le preocupa, dijo Wray, que las autoridades chinas tengan la capacidad de controlar el algoritmo de recomendación de la aplicación, “lo que les permitiría manipular el contenido y, si quieren, usarlo para operaciones de influencia”.
Agregó que China podría usar la app para recopilar datos sobre sus usuarios que podrían usarse para operaciones tradicionales de espionaje.
“Todas estas cosas están en manos de un gobierno que no comparte nuestros valores y que tiene una misión que está muy en desacuerdo con lo que es mejor para los intereses de Estados Unidos. Eso debería preocuparnos”, advirtió Wray a una audiencia en la Facultad Gerald R. Ford de Políticas Públicas de la Universidad de Michigan.
Esas preocupaciones son similares a las que él planteó el mes pasado durante audiencias en el Congreso, cuando surgió el tema. Se suman a otras afirmaciones similares en Washington sobre la aplicación.
TikTok es propiedad de ByteDance, con sede en Beijing. Un portavoz de TikTok no respondió de momento el viernes a un correo electrónico en busca de comentarios, pero en una audiencia en el Senado en septiembre, la directora de operaciones de TikTok, Vanessa Pappas, respondió a las preguntas de miembros de ambos partidos diciendo que la empresa protege todos los datos de los usuarios estadounidenses y que los funcionarios del gobierno chino no tienen acceso a ellos.
“Nunca compartiremos datos, punto”, aseguró Pappas.
Preocupada por la influencia de China sobre TikTok, la administración del entonces presidente Donald Trump amenazó en 2020 con prohibir la aplicación en Estados Unidos y presionó a ByteDance para que vendiera TikTok a una empresa estadounidense.
Los funcionarios estadounidenses y la compañía están ahora en conversaciones sobre un posible acuerdo que resolvería las preocupaciones de seguridad estadounidenses, un proceso que, según Wray, se estaba llevando a cabo en todas las agencias gubernamentales de Estados Unidos.