Personas de la tercera edad encuentran en VIDA un hogar
María Teresa Mcphail es la actual Directora de Vida Senior Center, es médico de profesión y ha ejercido la medicina por muchísimos años en supaís natal, El Salvador.
Llegó a Washington DC poseedora de una amplia experiencia desempeñándose en las áreas de tecnología y salud por 14 años.
Nos recibió en su oficina de Vida Senior Center en Calver Washington DC rodeada de los participantes del centro y nos invitó a recorrer los ambientes donde dictan clases y ofrecen estímulo a los participantes que en su mayoría cuentan con más de 60 años de edad.
A ellos se les brinda alimentos, asistencia médica y un ambiente familiar, clases básicas de computación, clases de español, clases de baile y manualidades, entre otras.
Nelly Carrión: Directora, ¿cuál es la misión del Centro que está dirigiendo ahora?
María Teresa Mcphail.- La misión de Vida Senior Center es ayudar a mantener a los adultos mayores en un buen estado y hacer de Washington DC un mejor lugar para ellos. Nuestra misión es mantener el bienestar de ellos en la medida de lo posible, poniendo una sombrilla grande de servicios para que ellos se beneficien.
Nosotros somos una organización sin fines de lucro que hemos estado por 52 años en la ciudad capital de la nación, sirviendo a nuestros adultos mayores de origen hispano.
Con nuestros servicios venimos apoyando a inmigrantes que provienen de 26 países, 21 de los cuales son hispanos. Es más que todo facilitar los recursos necesarios para que ellos tengan una forma de envejecer mejor aquí en la ciudad.
N.C.: ¿Qué cantidad de personas asisten aquí al centro?
M.T.C.: Tenemos registrados más o menos 789 seniors, aunque la demanda está aumentando. Como se sabe, la pandemia ha tenido fuerte impacto en la población de los adultos mayores, Nosotros trabajamos mucho con adultos mayores de tienen bajos recursos económicos porque la pandemia vino a exacerbar esos problemas. Muchos de ellos tenían sus recursos y trabajaban unas horas para mantenerse y recibían su seguro social y sus beneficios. Pero con la pandemia eso se les acabó.
N.C.: En lo que respecta a salud, ¿han tenido pérdidas con la pandemia?
M.T.C.: Sí, nosotros hemos hecho una base de datos muy minuciosa a través de dos años y medio de la pandemia y nos dimos cuenta que en la primera ola del COVID- 19 unas 75 personas fueron hospitalizadas, por lo menos el 89 por ciento. Y de todos los que se enfermaron tuvimos tres pérdidas, incluyendo uno que murió en su país; entonces lo contamos porque era nuestro participante. Pero si vemos el impacto que tuvo la pandemia en el mundo y luego en la población de adultos mayores los números no son muy altos. Yo se que uno que fallezca es demasiado pero te diré que hicimos súper bien el trabajo de protegerlos.
Esto se debe a que de inmediato tomamos medidas decisivas de cerrar los centros, mandar nuestros niños a la casa y empezar a formar todo el esquema donde nuestros servicios iban a ser provistos virtualmente. En cuanto a los recursos comestibles y otro tipos de ayuda fue llevada directamente a sus hogares
N.C.: ¿Se privaron de algún servicio?
M.T.C.: No, las consejerías, los servicios sociales, la promoción de salud, lo de la nutrición por vía telefónica, nosotros tuvimos que ingeniarnos para ver las necesidades que ellos tenían, que no se les podían suplir si no venían al Centro. Una de ellos fue la nutrición. Empezamos y tuvimos un equipo maravilloso en la ciudad y tuvimos nuestros héroes en vida que salían a repartir la comida. Una de ellas es Fabiola Morán, que siempre estuvo luchando durante la pandemia, estuvo enfrentándose al virus como nadie, cuidando a nuestros seniors y llevarles comida a sus casas,
Otra cosa que hicimos fue brindar el apoyo emocional de salud mental con la ayuda de MOLA. Nosotros recibimos un gran apoyo para contratar un trabajador social, licenciado en el área de salud mental, y empezamos a apoyar a nuestros seniors, a llamarlos y hacerles entrevistas vía web para asegurarnos que estaban conectados y que supieran que los estábamos escuchando en tiempo real.
Te comento que tuvimos muchas dificultades con eso, porque los abuelitos todavía no saben manejar la tecnología, pero Vida tiene un equipo fantástico y unos ‘panner’ que nunca nos dejaron solos.
Fue así que empezamos a gestionar donaciones de tabletas electrónicas y se las entregamos a todos los seniors que las necesitaban y no solamente recurrimos a las donaciones de tabletas de MOLA sino de otros que nos donaron unas tabletas con internet. Así empezamos a entrenarlos porque no sabían cómo encenderlas, les enseñamos y listo.
Ese contacto que tuvieron a través de la tecnología fue fundamental para que ellos no se deprimieran y para que salieran adelante, porque mediante esas reuniones todos los días estaban bordando, pintando, haciendo zumba y todo tipo de iniciativas.
Así les evitamos una depresión, el estrés y la ansiedad que estaba trayendo la pandemia en todo el mundo y para ellos, sintiéndose solos, fue muy duro. Pero pienso yo que Vida Senior Center ha hecho un gran trabajo entrando con ellos de la mano y realísticamente creando un impacto positivo en todos ellos.
Lo bueno es que ahora nosotros estamos trabajando adaptándonos a la nueva normalidad, aunque abemos que jamás vamos a poder regresar a lo que teníamos o éramos antes.
N.C.: ¿Cuál es su objetivo de ahora en adelante?
M.T.C.: Mi labor ahora es que gente que no puede caminar y que tiene una enfermedad y que está en su casa todavía sigue conectada. Antes de la pandemia no había eso, pero debido a la necesidad que eso trajo abarcamos más de lo que teníamos anteriormente.
Seguiremos atendiendo con mucho amor a las personas que nos necesiten. Basta solo una llamada telefónica. Entonces lo que nosotros hacemos es simplemente hacerle dos preguntas: que viva en DC y que tenga 60 o más años. Después de eso, Vida Senior Center no pregunta por el estatus migratorio ni por el status socioeconómico, y no preguntan más nada. Lo único es que tiene que vivir en la ciudad y tener la edad necesaria para participar en nuestros programas.