Un fallo es de cal y otro de arena en la Corte Suprema

Patricia Guadalupe
Washington Hispanic

sta semana la Corte Suprema del país entregó dos decisiones claves para la comunidad latina, una que los grupos que abogan por los inmigrantes consideran una patada al hígado, mientras que la otra será de gran beneficio para estudiantes universitarios. La primera decisión deja a un lado el llamado programa DAPA que prohibía que casi cinco millones de inmigrantes con hijos que fueran ciudadanos o residentes legales fueran deportados, y también les permitiría trabajar legalmente en el país.

Una coalición de 26 estados, liderada por el estado de Texas, llevó al gobierno federal a la corte, insistiendo que el programa –resultado de una decisión ejecutiva del presidente Obama- no era constitucional porque es al Congreso, y no al presidente, que le toca hacer leyes sobre inmigración.

Una corte de apelaciones falló a favor de esa coalición de estados y levó el caso a la corte de mayor importancia en el país. Los jueces fallaron 4-4, y un empate garantiza que la decisión previa sea la vigente. Con esto el programa DAPA queda cancelado y ahora muchas familias dicen estar atemorizadas sobre lo que vaya a pasar. Un grupo multitudinario estuvo frente a la corte el jueves 23 por la mañana –algunos desde la madrugada- y cuando se anunció la decisión, muchos rompieron en llanto.

“Estoy muy decepcionada, muy adolorida”, declaró Maria de León, natal de Guatemala, quien trabaja actualmente limpiando casas en Maryland. “Tenemos que seguir luchando”, dijo llorando. “En noviembre van a ver quiénes somos”, añadió refiriéndose a las elecciones presidenciales. “Esto no puede quedar así”.

“Nuestra comunidad ha trabajado bien duro, y con este empate la Corte Suprema nos está demostrado que simplemente no somos importantes. No les importamos”, sostuvo Hilaria Bonilla, inmigrante de El Salvador y residente de Maryland. Bonilla dice que por ser indocumentada no puede votar en noviembre, pero “mis hijos sí pueden y otros familiares también, y van a mandar un mensaje de que esto no se vale. Estoy sumamente decepcionada”.

En la otra decisión, los jueces fallaron a favor de un programa de acción afirmativa en la Universidad de Texas, determinando que la universidad –y por ende otras a través del país- pueden usar factores como la raza y etnicidad del estudiante a la hora de decidir quién ingresa a la universidad, como parte de esfuerzos para diversificar el estudiantado.

“Esta es una tremenda decisión para la comunidad y va a beneficiar a muchos estudiantes latinos. La corte le dio el visto bueno a la diversidad y eso es muy grande”, sostuvo María Teresa Hincapié, directora ejecutiva del Centro Nacional de Ley y Inmigración (NILC, por sus siglas en inglés). “Hoy en la Corte Suprema es una día agridulce para la comunidad latina. Por un lado, los inmigrantes y sus familias siguen esperando y siguen en la lucha por salir de las tinieblas, pero por el otro, los jueces han dado un gran paso al afirmar que programas a favor de la diversidad en nuestro país, como la acción afirmativa, son constitucionales, legales y buenos”, señaló.