Senadores piden actualizar ley electoral urgentemente
Los senadores estadounidenses Susan Collins y Joe Manchin, republicana y demócrata respectivamente, abogaron el miércoles por la reforma de la Ley de Escrutinio Electoral, que data del siglo XIX, y presionaron para que se apruebe rápidamente un acuerdo bipartidista que dificulte que un candidato perdedor pueda invalidar los resultados legítimos de unas elecciones presidenciales.
Las propuestas de su grupo de 16 senadores —nueve republicanos y siete demócratas— son una respuesta a la presión ejercida por el expresidente Donald Trump y sus aliados contra los tribunales, las legislaturas estatales y el Congreso para revocar de algún modo su derrota en 2020 frente al presidente Joe Biden. Los intentos de Trump culminaron con violencia el 6 de enero de 2021, cuando cientos de sus partidarios superaron a la policía e irrumpieron en el Capitolio mientras el Congreso certificaba los resultados.
Una actualización de la ley electoral es “algo que nuestro país necesita desesperadamente”, aseguró Manchin el miércoles, al testificar durante una audiencia del Senado sobre el proyecto de ley. “Ahora es el momento de que el Congreso actúe”.
Manchin y Collins, quienes presentaron una serie de propuestas para reformar la ley el mes pasado junto con otros 14 senadores, están presionando para que se apruebe la iniciativa de ley antes del final de la actual sesión del Congreso, en enero. Los proyectos de ley podrían enfrentar un camino más difícil después de las elecciones legislativas de noviembre si los republicanos toman el control de la Cámara de Representantes, donde los demócratas lideran un esfuerzo separado para reformar la ley.
“Esto es algo que no deberíamos delegar a otro ciclo electoral”, afirmó el senador de Missouri Roy Blunt, el principal republicano en la Comisión de Reglas del Senado, quien ha apoyado la iniciativa.
La Ley de escrutinio Electoral de 1887 rige el conteo y la certificación de los votos electorales en las elecciones presidenciales y ha sido criticada desde hace mucho tiempo como arcana, escrita vagamente y vulnerable al abuso.
Esos temores se hicieron realidad después de la contienda de 2020, cuando los aliados de Trump trataron de aprovecharse de esas debilidades, presionando a los estados para que presentaran listas alternativas de electores y presionando al vicepresidente Mike Pence para que usara su participación ceremonial en la sesión conjunta del Congreso el 6 de enero para objetar la resultados o retrasar la certificación.