Patrulla Fronteriza no evalúa necesidades médicas de niños con enfermedades
La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos no cuenta con los protocolos para evaluar las necesidades médicas de niños con enfermedades preexistentes, de acuerdo con un reporte independiente dado a conocer el martes en relación con la muerte de una niña panameña de 8 años que se encontraba bajo custodia federal.
La muerte de la pequeña fue “una tragedia que se pudo haber evitado y que fue resultado” de fallas “en los sistemas médicos y de custodia de menores” dentro de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés), la agencia que incluye a la Patrulla Fronteriza, señaló el reporte.
Se trata del más reciente condenatorio en torno al fallecimiento de Anadith Danay Reyes Álvarez el pasado 17 de mayo. La menor se encontraba en su noveno día bajo custodia federal junto con su familia en Harlingen, Texas, en Rio Grande Valley, uno de los corredores de mayor actividad para los cruces de migrantes. Reyes Álvarez sufría una afección cardíaca crónica y anemia de células falciformes.
Una investigación interna reveló que el personal médico de la Patrulla Fronteriza se negó a revisar el expediente de la niña.
El reporte del martes fue elaborado por un controlador independiente que trabaja en la aplicación de los más recientes términos del acuerdo de Flores, una medida establecida para implementar protecciones de bienestar infantil para los niños que se encuentren bajo custodia de las autoridades de inmigración.
“No haberse puesto en contacto con un médico o una instalación de salud local para llevar a cabo análisis más a fondo plantea inquietudes en torno a la capacidad del sistema médico de la CBP para atender de forma más apropiada a los niños con un mayor riesgo médico elevado”, señala el reporte.
Se han designado nuevos dirigentes para la Oficina del Jefe Médico de la agencia, dijo Troy A. Miller, comisionado interino de la CBP.
La agencia “ha tomado medidas significativas para responder a las deficiencias identificadas por la investigación en curso y para garantizar que individuos de salud frágil y sus unidades familiares reciban la mejor atención posible y pasen el menor tiempo posible bajo custodia de la CBP”, dijo Miller
Mabel Álvarez Benedicks, la madre de la niña, comentó a The Associated Press que informó a las autoridades sobre el padecimiento de su hija cuando ella y su familia fueron procesados en la frontera, pero que los agentes no notificaron a los demás miembros del personal luego de que la familia fue trasladada a una segunda instalación designada para familias, un problema que el controlador mencionó en un reporte anterior presentado ante una corte.
Seis días después, la niña dio positivo a influenza y tenía temperatura de 38,78 grados Celsius (101,8 grados Fahrenheit), según el reporte. Se le dieron medicamentos y se le aisló junto con su familia, pero tres días después la niña y su madre hicieron varias visitas a la unidad médica, añadió el reporte.
Anadith le dijo al personal médico que tenía vómitos y más tarde que tenía dolor de estómago, y el encargado de salud no llamó a otro médico de guardia, de acuerdo con el reporte. No hay un protocolo que indique cuándo se debe contactar a un médico de guardia.
Álvarez les suplicó a los agentes que llamaran una ambulancia para hospitalizar a Anadith debido a que su hija sentía dolor en los huesos, tenía problemas para respirar y no podía caminar, pero el personal médico no sopesó la posibilidad de trasladar a la niña a un hospital, de acuerdo con el reporte.
Después de que Álvarez llevó a su hija a la unidad médica cuando comenzó a convulsionarse y perdió el conocimiento, la niña fue trasladada a un hospital donde fue declarada muerta, añadió el reporte.
La “deficiente toma de deisiones médicas por parte del personal sanitario” es responsable de la muerte de Anadith, señaló el reporte.
“Estas injustificables fallas sistémicas se vieron agravadas por el menosprecio absoluto de su vida”, dijo Melissa Adamson, abogada de la organización National Center for Youth Law.
Otros tres niños han fallecido bajo custodia federal en lo que va del año.
Una joven guatemalteca de 15 años de edad que viajaba sin compañía de un adulto murió el 10 de julio de una enfermedad subyacente cuando se encontraba bajo custodia federal. La menor había sido hospitalizada en el Hospital Infantil de El Paso por una enfermedad preexistente grave cuando fue referida del Departamento de Seguridad Nacional a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados en mayo, dijo el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos en un comunicado emitido el 11 de julio.
En mayo, un joven hondureño de 17 años perdió la vida bajo custodia federal. Ángel Eduardo Maradiaga Espinoza murió en un centro de detención de Safety Harbor, Florida. Su madre dijo que su hijo tenía epilepsia, pero no mostró señales de estar enfermo de gravedad antes de partir hacia Estados Unidos.
En marzo, un pequeño de 4 años de edad “médicamente frágil, sin compañía de un adulto y procedente de Honduras” falleció en un hospital de Michigan, de acuerdo con un comunicado del Departamento de Salud y Servicios Humanos emitido en su momento