México extraditó a EEUU a Ovidio Guzmán López, hijo de «El Chapo»
México extraditó este viernes a Estados Unidos a Ovidio Guzmán López, alias «El Ratón», uno de los herederos del Cártel de Sinaloa desde que su padre, el narcotraficante Joaquín «Chapo» Guzmán, cumple cadena perpetua.
Ovidio Guzmán fue detenido en enero pasado en México y estaba encarcelado en el centro penitenciario del Altiplano en el estado de México, en el centro del país.
Las autoridades mexicanas le acusan de delitos contra la salud y de portar armas de fuego, pero también le investigan por delitos vinculados a la delincuencia organizada.
Ovidio Guzmán ya había sido detenido el 17 de octubre de 2019 en Culiacán (noroeste), pero fue liberado por orden del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador en medio de una asonada de la organización criminal.
El mandatario izquierdista defendió entonces su decisión, afirmando que se evitó un baño de sangre cuando efectivos militares quedaron rodeados por personas armadas.
«Hoy, como resultado de la cooperación entre las fuerzas del orden de México y Estados Unidos, Ovidio Guzmán López, líder del cártel de Sinaloa, ha sido extraditado a Estados Unidos», informó el fiscal general y secretario de Justicia estadounidense, Merrick Garland, en un comunicado.
Washington le acusa de «narcotráfico, blanqueo de capitales y otros delitos violentos», detalló en otro comunicado Liz Sherwood-Randall, asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
– De «sangre caliente» –
De 33 años, delgado y de cejas pobladas, Guzmán es considerado el jefe de «Los Menores», una fracción del Cártel de Sinaloa, fundado hace cuatro décadas.
Es el más conocido de «Los Chapitos», un clan formado asimismo por sus hermanos Joaquín, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán.
Se le conoce como «El Ratón», un apodo que le habría puesto su padre, según un corrido que le dedicó la banda musical Código FN.
En la canción «Soy el ratón» es descrito como un «jefe con mucho cerebro», de «sangre caliente y de acción», y apasionado por los autos de lujo.
La agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) está en pie de guerra contra el Cártel de Sinaloa, que considera como el principal responsable del tráfico de fentanilo.
Esta droga 50 veces más potente que la heroína ha causado buena parte de los 109.000 muertos por sobredosis en 2022 en el país, según datos preliminares de los Centros para Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Sherwood-Randall insistió en que el gobierno del presidente Joe Biden seguirá utilizando todas las herramientas disponibles para «contrarrestar enérgicamente el azote mortal del fentanilo y otros estupefacientes que están matando a tantos estadounidenses».
Y eso pasa por colaborar estrechamente con México, de donde procede la mayor parte del fentanilo que entra al país.
Según Washington, los cárteles mexicanos negocian la venta y la importación de sustancias químicas de China con las que fabrican este opioide.
La crisis del fentanilo ha llevado hace meses a un grupo de congresistas republicanos estadounidenses a pedir que se designe a los cárteles como grupos «terroristas» para poder combatirlos dondequiera que estén.
México protestó y, tras idas y venidas de autoridades, el vendaval diplomático amainó. México es uno de los más de 80 países de la coalición global contra las drogas sintéticas.
El gobierno estadounidense ha tenido este viernes palabras de elogio para las fuerzas de seguridad estadounidenses y mexicanas, así como para los militares.
Muchos de ellos «han dado su vida en la búsqueda de la justicia», afirmó Garland.
«Les estaremos siempre agradecidos por sus valientes e incansables esfuerzos», añadió la asesora de Seguridad Nacional.
La operación de arresto de Ovidio Guzmán en enero se saldó por sí sola con 29 muertos, entre ellos 10 militares y 19 presuntos delincuentes, cuando integrantes del Cártel de Sinaloa intentaron rescatar a su jefe.
Funcionarios de la DEA y del gobierno acusan al Cártel de Sinaloa de actuar con una brutalidad desmedida.
En abril, Garland explicó que su desprecio por la vida es tal que «Los Chapitos» alimentaron a tigres que tenían de mascotas con «algunas de sus víctimas, vivas o muertas».