Kamala Harris pide el voto para evitar un futuro de «caos, miedo y odio» con Trump

«¿Queremos vivir en un país de libertad, compasión y estado de derecho o en un país de caos, miedo y odio?», preguntó este martes Kamala Harris en un mitin en Wisconsin, un estado clave para derrotar a Donald Trump, quien la considera una rival «más fácil» que Joe Biden.
«El camino hacia la Casa Blanca pasa por Wisconsin», uno de los cinco o seis estados que decidirán la suerte de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, dijo la vicepresidenta estadounidense en Milwaukee (norte).
La exsenadora por California estaba exultante. La suerte le sonríe desde que Biden renunció a la campaña por la reelección y pidió apoyo para ella porque «es la mejor».
«Me han dicho, esta mañana, que hemos ganado el apoyo de suficientes delegados para asegurar la nominación democráta», afirmó.
La mayoría de los delegados demócratas (cerca de 4.000 personas encargadas de nombrar oficialmente al candidato) han expresado su intención de apoyarla de aquí a la convención del partido prevista a partir del 19 de agosto en Chicago (norte).
Cuenta además con el apoyo de las bases, que le han dado más de 100 millones de dólares para la campaña en apenas dos días.
Es «una campaña impulsada por el pueblo» mientras que Trump «depende del apoyo de millonarios y grandes corporaciones» a los que hace promesas «a cambio de contribuciones», acusó Harris.
La primera mujer vicepresidenta de la historia de Estados Unidos dice que luchará por una clase media «fuerte» y por el derecho al aborto.

– Una rival «más fácil» -Trump, coronado hace unos días como el candidato de los republicanos en una convención convertida en oda al líder tras resultar herido el 13 de julio en un intento de asesinato, declaró a periodistas que está convencido de que Harris es una rival «más fácil» que Biden porque «ella es mucho más radical».
Y dice estar «absolutamente» preparado para debatir con ella en más de una ocasión, tras ganar el debate de junio contra un Biden de 81 años desorientado y con problemas de elocución.
Pero sabe que el anciano ahora es él. Tiene 78 años frente a los 59 de Harris, que además espera beneficiarse de su experiencia como exfiscal para derrotar al republicano, condenado por 34 delitos por falsificación de registros contables en un caso de pagos ocultos a una exactriz y con varios juicios pendientes.
Harris repitió ante una audiencia exaltada que conoce bien a los tipos como Trump, que sabe como lidiar con «depredadores que abusaron de mujeres, estafadores que timaron a los consumidores, tramposos que rompieron las reglas en beneficio propio».

Ambos se miden también en el frente exterior. Esta semana cada uno se reunirá con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en Washington.
Harris, afroestadounidense de ascendencia surasiática, es consciente de que solo tiene 105 días para convencer a los estadounidenses de que es la persona idónea para liderar la primera potencia mundial.
– Apoyo masivo -Su candidatura despierta entusiasmo entre las bases tras semanas de desánimo y obtuvo un apoyo masivo entre los pesos pesados del partido.
Los líderes demócratas en el Senado y la Cámara de Representantes, Chuck Schumer y Hakeem Jeffries respectivamente, la apoyaron este martes, engrosando una larga lista formada por varios gobernadores, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, la influyente Nancy Pelosi y hasta la filántropa Melinda French Gates, exesposa del cofundador de Microsoft Bill Gates, y el actor George Clooney.
El poderoso sindicato metalúrgico USW se sumó a la ola de entusiasmo, destacando en un comunicado que Harris siempre ha defendido los intereses de los trabajadores.
El único demócrata de peso que queda por posicionarse públicamente es el expresidente Barack Obama.
La última encuesta de Reuters/Ipsos realizada dos días después de que Biden tirara la toalla da a la vicepresidenta una ligera ventaja en intención de voto: 44% contra 42% para Trump.
Harris también cuenta con Biden, a quien no ha parado de elogiar desde el domingo.
El presidente regresa este martes a la Casa Blanca tras permanecer casi una semana aislado en su residencia de Delaware por covid-19.  El miércoles por la noche dará un discurso a la nación para explicar los motivos que le llevaron a renunciar a un posible segundo mandato.