En el último minuto el Congreso frena cierre del gobierno
Eran cerca de las 12 de la noche del miércoles 15 cuando el senador demócrata Chuck Schumer, líder de la Cámara Alta, anunció en conferencia de prensa la aprobación de una “resolución bipartidista” continua para evitar un cierre gubernamental que hubiera perjudicado la economía de la nación.
“Gracias a la cooperación bipartidista, mantenemos el gobierno abierto sin píldoras venenosas ni recortes perjudiciales a programas vitales, un gran resultado para el pueblo estadounidense”, dijo.
Momentos antes, el Senado aprobó el proyecto de ley republicano que había sido aprobado el martes por la Cámara de Representantes por una sorprendente mayoría de 336 a favor y 95 en contra.
Los senadores, por su parte, también dieron pase a la propuesta por una gran mayoría de ambos partidos: 87 a 11, y luego la enviaron al presidente Joe Biden para su firma.
Ahora la discusión acerca de los aspectos conflictivos de la financiación del gobierno se traslada hasta mediados de enero, lo que da un respiro a los negociadores de ambos partidos.
El proyecto aprobado fija los plazos para aprobar proyectos de ley de asignaciones para todo el año en dos fechas: el 19 de enero para algunas agencias federales y el 2 de febrero para otras, creando dos plazos en los que habrá riesgo de un cierre parcial del gobierno.
La iniciativa no incluye la solicitud de unos 106.000 millones de dólares de la Casa Blanca para ayuda en tiempos de guerra para Israel y Ucrania, así como financiación humanitaria para los palestinos y otras solicitudes complementarias.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, fue el autor del plan, aunque advirtió que él no apoyará ninguna otra medida provisional de financiación. Tras precisar que está de acuerdo con un profundo recorte de gastos del gobierno, dijo que su proyecto de ley de financiación temporal sienta las bases para lo que él considera una “lucha” por el gasto con el Senado a principios del próximo año.
En cualquier caso, al igual que su predecesor McCarthy, Johnson se ve obligado a lidiar con un puñado de trumpistas, partidarios de una ortodoxia presupuestaria muy estricta, y con los demócratas, que se niegan a que la política económica del país sea dictada por los lugartenientes del expresidente.
Fueron estos mismos políticos conservadores los que llevaron a Estados Unidos al borde del abismo hace cuatro meses. Entonces la primera potencia mundial evitó la parálisis en el último minuto tras largas negociaciones entre el gobierno de Joe Biden y los conservadores.
Por su parte, Schumer califico el acuerdo como “un triunfo para el pueblo estadounidense” y añadió que si Johnson “está dispuesto a trabajar con los demócratas y resistir los cantos de sirena de la extrema derecha en la Cámara, entonces podremos evitar cierres en el futuro y terminar el trabajo de financiar el gobierno”.