Biden se apoya en la familia para su despedida

Para bien o para mal, la política siempre ha sido un asunto de familia para el presidente estadounidense, Joe Biden. Su emotiva despedida en la Convención Nacional Demócrata en Chicago no es una excepción.
En primer lugar, su esposa Jill Biden, de 73 años, se subirá al podio este lunes para hablar sobre una gestión que ella cree que ha sido cortada de forma injusta antes de tiempo.
Luego, su hija Ashley, de 43 años, tendrá el papel de presentar a su padre, de 81, quien se dirigirá a miles de delegados del partido que le dio la espalda en su intento de conquistar un segundo mandato.
En ese momento, Biden entrará en la arena para el discurso que hasta hace menos de un mes no pensaba que tendría que dar: el del paso del testigo a su vicepresidenta, Kamala Harris.
«La primera dama y su familia estarán con él esta noche. Es una gran noche», dijo la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, a los periodistas a bordo del Air Force One, el avión presidencial.
Varios miembros de la familia estaban en la aeronave también, en viaje a Chicago, incluyendo a Jill y Ashley Biden.

– Anécdotas –
Para quienes siguen a Biden, esto no es sorpresa. El presidente siempre ha mantenido a su familia cerca a lo largo de su carrera.
Les ha consultado, se ha apoyado en ellos y con frecuencia salen a relucir en sus discursos cuando usa anécdotas familiares para darle un toque popular a sus alocuciones.
Los ha mantenido a su lado, incluso en los momentos más difíciles: como en el caso de su hijo Hunter Biden, quien arrastra un histórico de problemas legales y personales utilizados por los republicanos para atacarlo.
Biden ha tomado las decisiones más difíciles de su carrera junto a su familia, incluyendo su retirada de la carrera por la reelección hace unas semanas.
Su estrecha conexión familiar fue forjada a punta de tragedia.
Su primera esposa Neilia falleció en un accidente de tránsito en 1972, que también cobró la vida de su hija Naomi de un año, y que hirió a sus hijos Beau y Hunter.
Él le da el crédito a Jill Biden, con quien se casó en 1977 y quien trajo a su hija Ashley al clan, por reconstruir y fortalecer a su familia.
– «Tiempo con su familia» -Cuando Biden aceptó la nominación de Barack Obama en 2008 para ser su compañero de fórmula, su hijo Beau Biden, en la época fiscal general de Delaware, fue quien lo introdujo en la convención de ese año.

Beau falleció en 2015 a los 46 años por un cáncer cerebral, pero antes de morir hizo a su padre prometer que no abandonaría su sueño de ser presidente de Estados Unidos.
En 2020, cuando perseguía este sueño, fue el turno de Ashley y Hunter Biden de presentar su discurso de aceptación, apoyados con un video de Beau.
La familia también fue imprescindible en la dura decisión de este año.
Antes del anunció que sacudió a Washington, aislado en casa y bajo los efectos del covid-19, Biden consultó con su esposa y con Hunter, con quien habló por teléfono.
Cuando el presidente se dirigió a la nación días después desde la Sala Oval, allí estaban Jill y Ashley, de manos dadas, al igual que Hunter y varios de sus nietos lo observaban.
Biden dejará la Convención Nacional Demócrata este lunes tras pasar el testigo a Harris y viajará a California, en donde, como su portavoz informó, «pasará tiempo con su familia».