Biden intenta reconquistar a los votantes hispanos en Nevada y Arizona
Joe Biden partió este martes a Nevada y Arizona, dos estados decisivos para movilizar el voto latino de cara a las elecciones de noviembre que disputará contra Donald Trump.
El presidente estadounidense quiere frenar la erosión de su popularidad entre este electorado que suele votar por los demócratas porque sabe que en las últimas elecciones una parte prefirió a su rival republicano.
Gracias a los abundantes fondos de campaña, el equipo del demócrata de 81 años recluta y moviliza al máximo en estos dos «estados bisagra», como se llama a los que se inclinan hacia un lado o el otro durante las elecciones presidenciales en función de los candidatos y en los que la victoria puede depender de tan solo unas decenas de miles de votos.
«Con el derecho al aborto en entredicho en Arizona y Nevada, con nuevos empleos bien remunerados en energía verde y componentes electrónicos, con el respaldo de los sindicatos», Biden y la vicepresidenta Kamala Harris están en una buena posición para seguir ganando votantes en el suroeste del país, aseguró la jefa de campaña Julie Rodríguez en un comunicado.
– Inmigración –
También tendrá que anotarse unos tantos en inmigración, un tema importante en Arizona, un estado fronterizo con México.
Su estrategia es compleja. Joe Biden debe contrarrestar los incesantes reproches de Trump, que le acusa de falta de eficacia frente a la afluencia de migrantes en la frontera con México.
Pero debe hacerlo sin herir la sensibilidad del electorado progresista y de un buen número de votantes hispanos, a quienes prometió abordar el tema con «humanidad».
En Nevada, su primera parada, Biden destacará su trayectoria y sus proyectos de vivienda.
En 2020 obtuvo algo unos 33.500 votos más que Trump, de un total de 1,3 millones de votos emitidos, gracias a su victoria en las grandes ciudades donde se concentra la población de este estado mayoritariamente desértico: Reno y Las Vegas.
Pero su rival republicano mejoró ligeramente su resultado en Nevada respecto a 2016.
El demócrata, lastrado en las encuestas por su edad (81 años) y el elevado coste de la vida, tiene dificultades para rentabilizar políticamente el sólido crecimiento de la economía estadounidense.
El martes por la noche irá a Arizona, escenario en 2020 de una de las batallas más feroces de las últimas elecciones presidenciales.
– «Latinos con Biden» –
El demócrata ganó este árido estado del suroeste, el del Gran Cañón, por poco menos de 10.500 votos, de un total de más de 3 millones de sufragios.
En 2016, Donald Trump se impuso en Arizona.
Joe Biden lanzará una iniciativa llamada «Latinos con Biden-Harris». Lo hará desde un restaurante mexicano en un barrio predominantemente hispano de la ciudad de Phoenix.
El electorado hispano, que según algunas estimaciones representará alrededor de una cuarta parte de los votos en Arizona en noviembre, quizás tenga una de las claves de las presidenciales.
Donald Trump nunca ha reconocido su derrota en 2020, y el liderazgo del Partido Republicano en Arizona ha abrazado las teorías de conspiración del magnate de 77 años desde la estrecha victoria de Joe Biden.
Tanto es así que preocupa que los comicios de noviembre provoquen tensiones o incluso violencia.