Niños e infantes se preparan para la escuela en CentroNía
Jossmar Castillo
Washington Hispanic
El sistema educativo de los Estados Unidos está lastimado. Hace más de 50 años que un estudio puso en evidencia la disparidad en el aprendizaje que experimentan los estudiantes de grupos minoritarios en comparación con sus compañeros de la misma edad y con una mejor posición económica.
Son muchas las razones que han contribuido a que exista una brecha en el rendimiento académico, pero una organización en el Distrito de Columbia ha trabajado durante las últimas tres décadas para remediar esa herida en el sistema educativo, un estudiante a la vez.
CentroNía es una organización que ofrece una gama de servicios a las familias de medianos y bajos recursos, en Washington y sus suburbios, para impulsar el aprendizaje en los niños desde antes del nacimiento hasta que cumplen los 12 años de edad. Sus programas son tan populares y efectivos, que quienes están interesados deben inscribirse en una lista de espera.
“En estos tiempos el acceso a la educación temprana de calidad debe ser una prioridad, sin embargo, las familias de bajo y mediano ingreso se encuentran limitadas debido al costo de estos servicios en nuestra región”, dijo Rosalba Bonilla Acosta, directora de CentroNía en en el estado de Maryland.
Y es que la capital de la nación cuenta con uno de los costos más altos cuando se trata de cuidado infantil. En DC este servicio puede costar más de 23 mil dólares al año, de acuerdo con cifras que maneja la Childcare Aware of America, una organización sin fines de lucro que aboga por el acceso, asequibilidad, desarrollo y aprendizaje de los niños en cuidado infantil. En Maryland el costo está cerca a los 15 mil dólares al año, y en Virginia, 13 mil.
No es que CentroNía tenga una varita mágica, sino que el proceso integral que han puesto en marcha durante años resulta efectivo.
“A corto plazo nuestros niños que participan en los programas de CentroNía se ha notado que cuando van a las escuelas públicas están totalmente preparados”, mencionó Bonilla. Añadió que 90 días después de iniciada las clases sostienen reuniones con los padres de familia, en las que les indican que los maestros están complacidos con el desempeño académico y socioemocional de los estudiantes.
Actualmente CentroNía atiende a un aproximado de 600 familias, desde mujeres embarazadas, niños en edad preescolar, y aquellos en la escuela primaria que participan de otros programas de arte, tutoría, jardinería y ciencias después de la escuela.
Además de estos programas los padres reciben recomendaciones sobre cómo estimular a sus hijos para que se interesen en el aprendizaje, así como juguetes y juegos didácticos.
“La participación de los padres en la educación de sus hijos es un elemento clave. Por eso es que antes de que formen parte del programa nos reunimos con ellos para ver cuáles son sus metas y cómo, juntos, podemos lograrlas”, resaltó Bonilla.
Responsabilidad de todos
En su lucha por reducir la brecha en el aprendizaje, CentroNía impulsa el envolvimiento de toda la familia en la educación de los niños e infantes, incluyendo la participación de la figura masculina, que en muchas ocasiones quizás por cuestiones culturales, se limitan cuando es hora de conocer qué sucede con sus hijos en las escuelas.