Clínica del Pueblo busca erradicar la violencia doméstica
Magaly Marchena
Washington Hispanic
Este año no hubo marchas, ni actividades con grandes concentraciones debido a la pandemia, pero lo que sí estuvo presente fueron las ganas de ayudar y decir “basta a la violencia doméstica y al abuso sexual” entre la comunidad inmigrante en el Distrito de Columbia.
En el marco del Mes de la Concientización sobre la Violencia Doméstica, La Clínica del Pueblo, como todos los años, dejó demostrado que no hay pandemia que los pare para seguir en la lucha contra la violencia doméstica que en estos momentos se ha visibilizado aún más por los tiempos que se han vivido de cuarentena y encierro con una falta de acceso a servicios y atención.
Según datos de la Coalición del Distrito de Columbia Contra la Violencia Doméstica, 39% de mujeres que viven en el Distrito reportaron asalto físico, asalto sexual, hostigamiento o acoso por sus exparejas o parejas actuales.
“Algunos casos dan cuenta de la exposición al estar recluidas en condiciones precarias de vivienda, a soportar a su agresor y malos tratos, denunciar significa arriesgarse a tener que irse de casa o vivir desalojo por parte de las personas que les alquilan espacios para vivienda por el miedo de tener problemas con las autoridades”, afirmó Dilcia Molina, gerente de Salud y Género de La Clínica del Pueblo.
Ante esta situación, La Clínica del Pueblo a través de su programa Entre Amigas ofrece una serie de asesoría y servicios sociales para ayudar a salir adelante a las personas que han sido víctimas de violencia doméstica. “Agradecemos a todos nuestros socios que pese a la pandemia se han mantenido activos y ofreciendo ayuda. Este es un momento para visibilizar este problema que afecta a nuestra comunidad, en especial a las mujeres inmigrantes”, señala Molina.
Tal es el caso de la Oficina de Asuntos Latinos del Alcalde (MOLA), quien garantizó el apoyo constante de la alcaldesa Muriel Bowser a esta causa. “Este año ha sido de mucho aprendizaje porque vimos un aumento en el número de casos de violencia doméstica por lo que invito a que no se queden callados. Sabemos que se trata de una situación difícil de escapar, pero la ciudad tiene refugios y ayuda adicional para las personas abusadas”, asegura la directora de MOLA, Jacky Reyes.
Según Reyes, una de cada cuatro mujeres podría ser víctima de violencia doméstica, de acuerdo a la Alianza contra la Violencia Doméstica por lo que se debe tomar acción y las comunidades deben trabajar de la mano con redes de apoyo.
En el caso de Washington, el Distrito ofrece refugios, albergues temporales, asistencia legal, ayuda para el pago de la renta o hipoteca y una línea de ayuda disponible las 24 horas del día, los siete días de la semana. Además, la directora de MOLA asegura que Washington es una ciudad santuario porque el gobierno no colabora con las agencias de inmigración.
“No tengan miedo de denunciar cualquier tipo de abuso y los desalojos están prohibidos por estos tiempos de pandemia”, asegura Jacky Reyes. La línea de ayuda es 1-844-443-5732.
El consulado de México en Washington, DC también se sumó, como todos los años, a la red de apoyo para las víctimas de violencia doméstica. Lejos de parar sus servicios por la pandemia continúan ampliando sus redes de albergues y ofrecen asesoría legal para la obtención de visas para personas que han sido víctimas de violencia doméstica y trata de personas. Asimismo ofrecen ayuda financiera en casos de emergencia y apoyo para aquellas personas, víctimas de violencia que deseen retornar a su país.
“Llegué a La Clínica del Pueblo destrozada”
“Mi objetivo es convertirme en líder para ayudar a otras mujeres inmigrantes abusadas”, cuenta Juana, una madre de familia, quien llegó a La Clínica del Pueblo “destrozada” víctima de abuso sexual y violencia doméstica sin saber qué hacer con su vida. Juana pensó muchas veces ‘hoy sí me voy a morir’, pero el amor por sus hijos la ayudó a salir adelante. “No voy a morir en las manos de ese hombre”, se dijo y pidió a Dios ayuda para salir de este círculo de violencia y desesperación.
Juana cuenta que llegar a la clínica fue como volver a nacer porque allí aprendió que si se lo propone puede alcanzar sus metas. “A pesar que no tengo estudios ahora soy promotora del programa Entre Amigas y estoy viendo crecer a mis hijas”. Juana afirma “si yo lo pude hacer, otras mujeres también lo pueden lograr”.
La mujer asegura de qué sirve mantener un hogar que no es saludable, donde las propias madres pueden llegar a perder sus vidas. “Solas podemos criar buenos hijos y salir adelante, pero tenemos que decidirnos y pensarlo antes que sea demasiado tarde”.