Prohíben guardar en casa cenizas de cuerpo cremado
Nicole Winfield
Ciudad del Vaticano / AP
as cenizas de los católicos que desean ser cremados no pueden ser esparcidas, divididas ni conservadas en la casa sino que deben ser guardadas en un lugar aprobado por la Iglesia y consagrado, de acuerdo con nuevas normas emitidas por el Vaticano el martes 25.
Las instrucciones fueron divulgadas días antes del Día de Difuntos, 2 de noviembre, en el cual los fieles recuerdan a sus muertos y oran por ellos.
Durante la mayor parte de su historia de más de dos mil años, la Iglesia católica solo permitió el entierro con el argumento de que expresaba mejor la esperanza en la resurrección. Pero en 1963, el Vaticano autorizó explícitamente la cremación siempre que no implicara una negación de la fe en la resurrección.
El Vaticano expresó que las cenizas y fragmentos óseos no se pueden conservar en casa porque con ello se priva a la comunidad católica de recordar al difunto. Por eso las autoridades eclesiásticas deben escoger un terreno consagrado, como un cementerio o iglesia, para recibirlas.
En casos extraordinarios un obispo puede permitir que se conserven las cenizas en la casa, observa el documento.
El documento establece que las cenizas no se pueden repartir entre familiares, conservar en relicarios ni dispersar en el aire, la tierra o el agua porque ello crea la apariencia de «panteísmo, naturalismo o nihilismo», según las normas.
Las nuevas instrucciones están fechadas el 15 de agosto y el Papa Francisco las aprobó el 18 de marzo. Se le preguntó al autor del documento, cardenal Gerhard Mueller, si el Papa había expresado reservas sobre el texto, en particular la negativa a permitir que los familiares conserven las cenizas en casa.
«El cuerpo muerto no es propiedad privada de los parientes, es más bien un hijo de Dios que forma parte del pueblo de Dios», respondió Mueller en conferencia de prensa. «Tenemos que superar este pensamiento individualista».