Papa permite a curas cismáticos oficiar en casamientos
Washington Hispanic
AP
l papa Francisco dio un paso más hacia la reincorporación de una sociedad tradicionalista a la Iglesia al permitir que sus sacerdotes oficien en casamientos que serán reconocidos por Roma.
En 2015 el papa había resuelto que los sacerdotes de la Sociedad San Pío X podían escuchar confesiones.
Mientras tanto, prosiguen las negociaciones para regularizar la situación de la sociedad con sede en Suiza, que rompió con la Santa Sede tras las reformas modernizadoras del Concilio Vaticano II.
La carta del Vaticano a las conferencias episcopales anuncia el cambio y aclara que la situación de la sociedad sigue siendo «irregular», pero solo «por ahora».
Desde hace meses, informes noticiosos insinúan que la sociedad tendría el mismo estatus legal en la Iglesia que el Opus Dei, es decir, una «prelatura personal» que funciona como una diócesis.
Francisco que tomaba la medida para «tranquilizar la conciencia de los fieles» que podrían cuestionar la validez de un matrimonio celebrado por un sacerdote de San Pío X en lugar de uno en plena comunión con la Santa Sede.
El entonces arzobispo Marcel Lefebvre fundó la sociedad de San Pío X en 1969, en oposición a la apertura del Vaticano hacia otras religiones y a la celebración de la misa en idiomas locales en lugar de latín. En 1988, el papa Juan Pablo II excomulgó a Lefebvre y otros cuatro obispos que el prelado había consagrado sin el consentimiento papal.
Benedicto XVI dio prioridad a la reconciliación, levantó las excomuniones y permitió que se celebrara más ampliamente la vieja misa latina. Pero tres años de conversaciones doctrinarias culminaron en fracaso en 2012. Éstas se reanudaron en 2014 y Francisco recibió al titular de la sociedad, el obispo Bernard Fellay, en 2016.
Francisco no siente simpatía por los tradicionalistas, y muchos analistas han señalado la ironía de un posible acuerdo bajo su pontificado en lugar del de Benedicto. Pero, en lo doctrinario, Francisco es menos purista que Benedicto XVI y aboga por una iglesia incluyente, que recupere a todos los católicos marginados.