Indígena Thelma Cabrera quiere cambiar Guatemala
Las manos de Thelma Cabrera están arrugadas y ásperas, señales de su trabajo en el campo, de lavar sobre piedras en un río, de sembrar con sus manos el pequeño jardín en su casa. La líder indígena campesina tiene 52 años y quiere ser presidenta de Guatemala en las elecciones del próximo 25 de junio.
Pero enfrenta una lucha cuesta arriba, luego de que la autoridad electoral se negó a registrar su candidatura y de haber perdido, a falta de un pronunciamiento definitivo de la Corte Suprema, todos los recursos presentados ante la justicia ordinaria para revertir esa situación.
Su candidatura sigue fuera de la contienda y el 25 de marzo fenece el plazo de inscripción de aspirantes que correrán por la presidencia de un país cuyo gobierno ha sido señalado por colectivos de derechos humanos y por países como Estados Unidos por socavar la lucha anticorrupción y debilitar la democracia.
La representante del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP) dice que su partido impulsa la reformulación del Estado hacia uno nuevo plurinacional, donde tengan cabida todos los pueblos indígenas.
“Nosotros no somos ni ladrones, ni terroristas, ni comunistas», ataja las críticas. «Nos tienen miedo, le temen al proyecto de Nación. Aquí no se le va a quitar nada a nadie, lo que se quiere es que todos cumplamos con la responsabilidad que nos corresponde”, defiende.
Desde 2019, al menos 26 miembros de la agrupación han sido asesinados, y en ninguno de los casos se ha condenado a nadie, denuncia Cabrera.
Como figura política, ha sido constantemente descalificada por sus contrincantes y partidarios con términos racistas y clasistas por su condición de mujer, pobre e indígena, diciendo que no tiene las capacidades para dirigir el país. Ella responde que llegó solo hasta sexto grado de primaria: “Bastante para una mujer indígena en una comunidad en Guatemala”.
La constitución guatemalteca establece como únicos requisitos para optar a la presidencia ser guatemalteco de origen, ciudadano en pleno ejercicio y tener más de 40 años.
El Registro de ciudadanos del Tribunal Supremo Electoral negó la participación de su aspirante a vicepresidente, Jordán Rodas, aduciendo que no contaba con un documento que da fe que no tiene cuentas pendientes con el estado. Al descalificar a Rodas, automáticamente quedó fuera ella. Y, aunque apelaron la decisión, aún siguen fuera de la contienda.