Barbie en Rusia: Entre el Furor Popular y la Controversia Política
Si bien Barbie es un ícono cultural en muchos países, en Rusia su presencia ha generado un torbellino de emociones y debates. A pesar de las sanciones y la prohibición gubernamental, las versiones piratas de la película de Barbie se exhiben en cines rusos, desatando tanto entusiasmo popular como críticas políticas. Este artículo explora la complejidad de este fenómeno en el contexto ruso.
El Escenario:
Oficialmente, Barbie no se muestra en Rusia. Sin embargo, en centros comerciales de Moscú, se han erigido casas rosadas gigantes, y la película de Barbie atrae multitudes. Esto sucede a pesar de que varios estudios de Hollywood han dejado de estrenar sus películas en Rusia debido a la invasión del país a Ucrania.
La Polémica:
El Ministerio de Cultura de Rusia no está contento con la situación. Argumentan que la película «no está en línea con los objetivos y metas establecidos por nuestro presidente para preservar y fortalecer los valores morales y espirituales tradicionales rusos». Sin embargo, el público ruso parece tener una opinión diferente. Muchos creen que deberían tener el derecho de elegir lo que quieren ver.
Barbie y la Política:
La parlamentaria Maria Butina critica fuertemente tanto a la muñeca como a la película, argumentando que Barbie es problemática como forma femenina y que la película no debería mostrarse en cines rusos. Pero su crítica va más allá, vinculando la presencia de Barbie en Rusia con una violación de las leyes internacionales, especialmente en el contexto de la invasión rusa a Ucrania.
La presencia de Barbie en los cines rusos es más que un simple fenómeno cultural; se ha convertido en un símbolo de la lucha entre la libertad individual y la autoridad estatal en Rusia. Mientras el gobierno intenta imponer su visión de los «valores rusos», el pueblo parece tener su propia idea de lo que significa ser ruso en el mundo moderno.