Armas de guerra en cárcel intervenida en Venezuela, una ciudadela «del mal» con todas las comodidades
Lanzacohetes, granadas y municiones de alto calibre, máquinas para minar criptomonedas, drogas y motos de lujo fueron exhibidas este jueves como parte de lo incautado en una cárcel de Venezuela, que funcionaba como centro de operaciones de la banda criminal Tren de Aragua.
Es un reflejo del nivel de control que tenía en el penal de Tocorón (estado Aragua, centro-norte) esta temida agrupación criminal nacida en Venezuela y que actúa en varios países de América Latina.
«Ha sido una operación exitosa, impecable, que nos ha permitido dar un duro golpe contra grupos criminales», se felicitó en rueda de prensa el ministro del Interior, Remigio Ceballos, al ofrecer balance de la intervención de ese centro penitenciario, el miércoles, con un enorme despliegue de 11.000 militares y policías, apoyados por tanquetas y vehículos blindados.
A un costado de Ceballos en la entrada del penal eran expuestas a manera de ‘botín de guerra’ montañas de municiones de alto calibre y armamento de guerra: fusiles de francotiradores y granadas de mano estaban sobre una mesa y en el suelo se exhibían dos lanzacohetes antitanques y explosivos y detonantes.
El ministro no precisó cantidades, tampoco alguna teoría de cómo entró ese armamento a Tocorón o del control del Tren de Aragua en ese penal.
Adelantó que cuatro funcionarios fueron arrestados durante la toma y acusados de complicidad con los criminales que dominaban la cárcel y que hay varias investigaciones en curso para «establecer responsabilidades».
«No habrá impunidad. Vamos contra todos los criminales y cómplices», prometió Ceballos.
– Zoo y discoteca –
Máquinas para minado de bitcoin fueron exhibidas en medio del arsenal, custodiado por miembros de la brigada de acciones especiales de la Policía Nacional, encapuchados y con fusiles en mano, mientras el ministro declaraba a periodistas.
Al fondo, una maqueta hecha por policías de esta cárcel, que por años sirvió de base del Tren de Aragua, una banda dedicada a delitos como secuestro, extorsión, narcotráfico y trata de personas, y cuyos tentáculos se han expandido hacia otros países de la región como Colombia, Chile o Perú en los últimos años.
Los «pranes», como llaman en Venezuela a los líderes de los reclusos en las atestadas cárceles del país, tenían tal control del lugar que habían construido una especie de ciudadela en la que tenían una piscina, un campo de béisbol, un zoológico, una discoteca e incluso una agencia bancaria.
Tocorón tenía unos 1.600 reclusos que están siendo trasladados a otros penales, pues el gobierno anunció que el penal entrará en un «proceso de reestructuración» tras su desalojo.
Ceballos lamentó la muerte de un militar durante la operación, preparada por las fuerzas de seguridad durante un año.
Señaló que «más de 60 individuos pertenecientes a una gran banda criminal» fueron identificados sin mencionar expresamente al Tren de Aragua o a su líder Héctor Guerrero Flores, conocido como ‘Niño Guerrero’, condenado a 17 años de prisión por múltiples homicidios y tráfico de drogas.
«Estamos obteniendo información de alto nivel, de carácter criminalístico» para «futuras capturas».
«Ese tren se descarriló», celebró por su parte el fiscal general Tarek William Saab. «Ese centro del mal no existe, el golpe demoledor en el centro de gravedad ha sido contra el Tren de Aragua», dijo.
– «Esclavismo» –
El ministro subrayó que estos gansters mantenían sometida al resto de la población penal: «Hubo un maltrato a los privados (de libertad) por parte de estas bandas criminales, una especie de esclavismo».
Columnas de humo se elevaban la víspera en el penal.
Ceballos dijo que los animales del zoo murieron en un incendio que, manifestó, iniciaron los propios presos.
Decenas de familiares esperaban este jueves a las afueras del recinto noticias sobre los sitios adonde fueron reubicados los presos. Un grupo de mujeres cantaba el himno nacional mientras policías con escudos y equipos antimotines las rodeaban.
«¿Dónde está mi hijo?», clamaba Doris Colmenares, madre de Enyer Colmenares, quien se fugó durante el desalojo y fue capturado poco después.
«Él se entregó», aseguró la madre a la AFP mientras mostraba una foto en su teléfono celular donde podía verse a su hijo junto a otro fugitivo y los agentes que los atraparon.
«Quiero información, quiero respuestas», comentó por su parte Taiselis Nieves, 30 años, quien esperaba saber sobre el destino de su esposo.
Ceballos dijo que se respetaron los derechos humanos de los reclusos durante el operativo y que los traslados se estaban haciendo con normalidad.