Alcalde chino se disculpa por restricciones contra el COVID-19
El alcalde de una ciudad nororiental china en la frontera de Corea del Norte, que estuvo más de 50 días confinada, se ha disculpado por los errores de su gobierno en medio de un descontento extendido -aunque a menudo disimulado- por la agresiva estrategia del gobierno para gestionar la pandemia.
Sin entrar en detalles, el alcalde de Dandong, Hao Jianjun, dijo que la labor y los servicios básicos del gobierno habían sido “insatisfactorios», algo por lo que se disculpaba, según un comunicado emitido el lunes por la noche por el gobierno de la ciudad.
Es inusual que un funcionario de la jerarquía del Partido Comunista admita errores de forma pública, especialmente cuando se trata de la estricta política de “cero COVID” reafirmada en varias ocasiones por mandos del partido que dirige el presidente, Xi Jinping.
Pese a reportar apenas un puñado de casos, Dandong ha tenido una de las cuarentenas más estrictas de China, en la que se prohibieron incluso los repartidos de comida y otros productos básicos, según fuentes extraoficiales.
En sus comentarios reportados en una reunión con vecinos, Hao admitió los sacrificios hechos por los 2,4 millones de habitantes de la ciudad y las “voces de queja” por la labor del gobierno. Dandong pasaría ahora a una fase de control de pandemia “más proactiva, más activa y más efectiva”, dijo Hao.
Las autoridades de Dandong no conseguían frenar los contagios y tomaron medidas cada vez más extremas, algunas sin base científica clara. Por ejemplo, se recomendó a los residentes que cerrasen las ventanas para impedir que el viento arrastrara el virus dese Corea del Norte, a pesar de que la capacidad del virus de propagarse por el aire es muy limitada.
Las autoridades también persiguieron el contrabando por el Río Yalu con Corea del Norte y ofrecieron recompensas en efectivo por información sobre personas implicadas. China sostiene desde hace mucho que el virus se expande a través de embalajes y otras superficies, pese a la falta de pruebas de que sea un factor significativo.
En un momento dado, las autoridades trasladaron a los habitantes de todo un bloque de apartamentos para que hicieran cuarentena en la ciudad de Shenyang, unos 250 kilómetros (150 millas) al norte de Dandong. Cuando fueron liberados se supo que el caso positivo que había motivado la decisión había sido de un vecino de un edificio contiguo, lo que provocó una airada confrontación entre los residentes y las autoridades.
Aunque se ha permitido que la gente salga para comprar, no hay noticias sobre cuándo podrá reanudarse el trabajo normal, dijo por teléfono Li Yueqing, propietario de una fábrica de procesamiento de madera en Dandong. Las normas aún requieren aislar cualquier edificio donde se detecte un caso, dijo Li.
“Comprendemos que la situación epidémica en la ciudad aún es inestable. No sabemos con exactitud cuándo podremos reanudar la producción», explicó.
Una trabajadora de restaurante dijo que los 50 días de cierre afectan mucho a los ingresos.
“Hasta ahora no hemos recibido ninguna instrucción del gobierno sobre reanudar el gobierno, y nuestros ingresos se ven afectados por no hacer nada”, dijo la trabajadora, que sólo se identificó por su apellido, Guo.
Los confinamientos prolongados se han convertido en la norma de la lucha contra el COVID-19 en China, con el caso de Shanghái como ejemplo más señalado. La mayoría de los 25 millones de vecinos de la ciudad más grande de China pasó dos meses o más confinada a su casa o su vecindario más cercano, y cientos de personas siguen sujetas a restricciones.
La gravedad del confinamiento en Shanghái y la aparente falta de preparación de las autoridades provocaron confrontaciones entre residentes y funcionarios en controles de acceso, así como caceroladas y gritos desde ventanas y balcones. Se han publicado críticas a la política del gobierno en internet, a menudo en formatos diseñados para eludir al software de censura.
La relajación de las medidas provocó un éxodo de la ciudad y responsables de negocios extranjeros señalaron que la confianza en su futuro como núcleo internacional de negocios seguía en duda.
La gestión en la capital, Beijing, ha sido más moderada, quizá por motivos políticos, aunque muchos alumnos se han visto obligados a asistir a clases a distancia y un importante distrito comercial y de ocio nocturno ha cerrado tras la detección de 287 casos asociados a un club nocturno.
La policía dijo que investigaba a dos clientes del club que supuestamente ignoraron una orden de aislarse en casa y salieron utilizando un servicio de alquiler de autos con conductor. Más tarde dieron positivo, lo que derivó en que más de 300 personas quedaron confinadas.
Los contagios de coronavirus han ido en aumento en Hong Kong, que registró 752 nuevos casos el martes, por encima de los 505 casos del 1 de junio. La ciudad está preparando las celebraciones por el 25to aniversario de la entrega británica del territorio a China el 1 de julio.
Las autoridades hongkonesas han endurecido las medidas y los residentes que quieran visitar bares y clubes nocturnos a partir del jueves deben presentar un resultado negativo en una prueba rápida de antígenos de las 24 horas previas. Se han asociado unos 350 contagios con bares y clubes nocturnos desde que se permitió su reapertura el mes pasado.