“To the Bone” retrata con cautela desórdenes alimenticios

Washington Hispanic

AP

a guionista y directora Marti Noxon tuvo problemas de anorexia y bulimia por 10 años. Ahora cuenta su historia con un toque de ficción en «To The Bone», una cinta que se estrena el viernes en Netflix sobre una artista de 20 años cuyo desorden alimenticio la ha llevado a un punto extremo. Lily Collins, quien también ha padecido del problema, interpreta a Ellen, el personaje principal.

“No recuerdo haber visto un largometraje que abordara esto”, dijo Noxon recientemente en una entrevista junto a Collins. «Me pareció que este era un buen momento, que había una visión más auténtica a eso, algo que se sentía más genuino. Todavía hay mucha confusión al respecto. La gente comete el error de pensar que es una cuestión de vanidad salida de control”.

El retrato de los desórdenes alimenticios, y en especial de la anorexia, en el cine y la televisión tiene una historia turbulenta. En las películas lo hemos visto como un fetiche, con Natalie Portman como la bailarina perfeccionista que mira admirada media uva en «Black Swan»; o explotado con una paciente demacrada que piensa que “74 libras (33 kilos) es el peso perfecto” en «Girl, Interrupted»; satirizada con Barbies en «Superstar: The Karen Carpenter Story», o interpretada con un efecto humorístico en la comedia negra «Drop Dead Gorgeous», donde una concursante esquelética en un certamen de belleza llega al escenario en una silla de ruedas para cantar «Don’t Cry Out Loud». En televisión la interpretación suele ser de tipo sensiblero y melodramático, en películas de Lifetime sobre hogares disfuncionales y adolescentes obsesivas donde las lágrimas y la muerte están garantizadas.
En su mayoría son retratadas como jóvenes blancas.

Por estos motivos, y por la sensibilidad de aquellos que han sufrido de desórdenes alimenticios, «To the Bone» ha generado respuestas inmediatas. Los críticos saltaron ante un adelanto y dijeron que podría realzar los desórdenes alimenticios o servir de “inspiración para la flacura”. También fue criticado por enfocarse en “otra mujer blanca de clase media”.

Esto ha llevado a Collins y Noxon a defender la producción incluso antes de su estreno. Ambas dicen que esperan que el público responda a su retrato más mesurado y complejo de la enfermedad y las diferentes maneras en que puede manifestarse. Por ejemplo, en el centro donde atienden a Ellen hay una mujer de color, así como un hombre. Como sobrevivientes, actriz y cineasta fueron extremadamente cuidadosas en la forma en la que querían dar vida a la historia.

Noxon consultó con especialistas que atienden desórdenes alimenticios durante el desarrollo del guion y como resultado nunca incluye una mención al peso de Ellen o el peso que ésta desea tener. De hecho, no se discuten los números, y solo una vez se muestra todo el cuerpo del personaje. Los números, dijo, se pueden fijar en la mente de las personas y volverse aspiraciones.

«No queríamos que fuera injustificado de ninguna manera”, dijo Collins. «Ni Marti ni el haber experimentado yo esto nos habría llevado a hacer una película que hace fetiche de esto o alienta a la gente a tener un desorden o que lo presenta de manera glamurosa”.

Ellen, quien es inteligente, dinámica y oscuramente graciosa, no es tampoco el tipo de heroína trágica común en otro tipo de producciones con la misma temática.

Aunque unos 30 millones de estadounidenses padecen desórdenes alimenticios en algún momento de su vida, de acuerdo con la Asociación Nacional contra los Desórdenes Alimenticios (NEDA por sus siglas en inglés), es una enfermedad que continúa siendo muy poco comprendida.

“Nosotros, como organización, estamos muy interesados en que se considere más a los desórdenes alimenticios como un problema serio de salud”, dijo la directora general de NEDA, Claire Mysko. «Que los desórdenes alimenticios se discutan en una plataforma nacional como esta es muy importante”.

NEDA participó en una campaña social sobre “Nueve verdades acerca de los desórdenes alimenticios” con el elenco de «To the Bone», pero no estuvo involucrada en la película. Sus representantes han pedido a Netflix que incluya fuentes para que el público pueda pedir ayuda cuando la vea.

Un grupo sí ha ayudado a «To the Bone»: la organización sin fines de lucro Project HEAL, que ha realizado proyecciones y paneles sobre la cinta.

Las cofundadoras de Project HEAL, Kristina Saffran y Liana Rosenman, esperan ayudar a las cineastas a crear un mensaje responsable sobre los desórdenes alimenticios y dar información precisa y fuentes de apoyo.

«Es muy innovadora”, dijo Saffran. «Es extremadamente difícil hacer una película sobre desórdenes alimenticios que realmente retrate la realidad del desorden, lo graves, difíciles y peligrosos que puede ser esos desórdenes sin presentarlos con una luz glamurosa. ‘To the Bone’ logra un gran trabajo al conseguir ese equilibrio”.

Noxon y Collins no buscan evitar el debate sobre su película. Ambas piden que quienes sientan que no les haría bien verla simplemente no lo hagan, pero subrayan que se trata de esperanza y recuperación.
«Esta es solo una historia», dijo Noxon. «Hay millones de historias como esta”.

«Lo importante que podemos sacar de esta película es que buscar ayuda nunca es una debilidad, es una fortaleza”, dijo Collins. «Está hecha para desatar la conversación”.