La ONU adopta un Pacto para el Futuro para construir un mundo mejor
En un mundo acosado por «riesgos catastróficos existenciales crecientes» como guerras, cambio climático y pobreza, los mandatarios de los 193 países de la ONU adoptaron este domingo un Pacto para el Futuro de la humanidad, pese a la oposición de países como Rusia, Venezuela o Nicaragua.
«Los desafíos del siglo XXI deben ser resueltos con soluciones del siglo XXI», dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, tras la adopción de este texto que contiene 56 acciones para hacer frente a los «mayores desafíos de nuestra época».
Dichos desafíos van desde la paz y el derecho internacional, la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU, la arquitectura financiera mundial o el cambio climático, a asuntos más innovadores como la inteligencia artificial.
Guterres lanzó en 2021 la idea de la Cumbre del Futuro, pero en los últimos días no había escondido su frustración ante las dificultades de alcanzar un texto de consenso ambicioso, para lo que pidió a los Estados que den muestras de «visión», «valentía» y «ambición».
Esta nueva «caja de herramientas» para reparar el mundo, como define el texto del Pacto los nuevos compromisos, abre «nuevas vías a nuevas posibilidades y oportunidades», recordó Guterres, que prometió trabajar «en su realización hasta el último día» de su mandato.
El texto, aprobado por consenso aunque no es vinculante, contó con la oposición de países como Rusia, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte o Bielorrusia.
«Nadie está contento con este texto», dijo el viceministro de Relaciones Exteriores ruso Serguéi Vershinin, pese a los sucesivos discursos a favor del Pacto que hubo en la tribuna.
«Fue irritante que al final, Rusia, una vez más trató de parar todo el proceso y no quería seguir el camino que todo el mundo ha emprendido. Pero al final logramos mantener el consenso y lograr un compromiso», se alegró el canciller alemán Olaf Scholz ante la prensa.
Además del Pacto, también se aprobaron dos documentos anexos, la Agenda Digital Global y la Declaración para las Generaciones Futuras.
– «No retroceder» -«Hemos abierto la puerta, ahora somos todos los que la debemos traspasar, ya que no se trata solo de entenderse, sino de actuar. Y hoy les insto al desafío de pasar a la acción», dijo Guterres.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió «valentía y voluntad política» para el cambio. Pero sobre todo, recordó que no hay que «retroceder nunca» ni en la promoción de la igualdad de género ni en la lucha contra el racismo y la discriminación ni «volver a convivir con las amenazas nucleares».
Brasil aspira a una reforma del Consejo de Seguridad que responda a la nueva geopolítica mundial.
Para el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, el Pacto es una «hoja de ruta clara».
«Sabemos qué debemos hacer ahora», solo se necesita ahora «movilizar los medios de implementación».
Poner a casi 200 países de acuerdo no es fácil, por lo que la mayoría de observadores se alegraron de este resultado tras semanas de arduas negociaciones.
La ONG Human Rights Watch recordó que el borrador incluye «compromisos importantes», en la «transición de los combustibles fósiles», a la que se oponían los países productores de hidrocarburos.
Las referencias a los combustibles fósiles llegaron a ser suprimidas del texto durante las negociaciones.
Para la ONG 350.org, la «prueba real» para estos compromisos será que los líderes mundiales se comprometan a traducirlos «en objetivos y políticas nacionales concretos».
«El mundo está preparado para ver el audaz proyecto que el Pacto por el Futuro pretende presentar. Estamos atentos y esperamos compromisos audaces y acciones aún más audaces», asegura Andreas Sieber, directivo de dicha organización.
– «No es revolucionario» –
Aunque hay algunas «buenas ideas», «no es el tipo de documento revolucionario» para reformar el multilateralismo que le hubiera gustado a Guterres, dijo a la AFP Richard Gowan, investigador del International Crisis Group.
Una opinión extendida entre los diplomáticos de los Estados miembros: «templado», «el mínimo común denominador», «decepcionante», son los calificativos más frecuentes.
Pese a las críticas y aunque no se puede esperar que este Pacto cree la paz de la noche a la mañana, es «una oportunidad para afirmar nuestro compromiso colectivo con el multilateralismo, a pesar del difícil contexto geopolítico actual», señala un diplomático occidental e insiste en la esperanza de reforzar la confianza entre el Norte y el Sur.
En particular, los países en desarrollo reclaman compromisos concretos sobre la reforma de las instituciones financieras internacionales, para facilitar el acceso de algunos de ellos a financiación preferente para hacer frente al impacto del cambio climático.