Dolor y lágrimas en el homenaje a las víctimas del festival de música del 7 de octubre
Cientos de personas guardaron un minuto de silencio al amanecer en la localidad sureña israelí de Reim, en el lugar del letal ataque de Hamás en el festival de música Nova, donde murieron 370 asistentes.
Este homenaje fue realizado por los familiares de las víctimas a las 06H29 (03H29 GMT) para marcar el inicio exacto del peor ataque de la historia reciente de Israel, efectuado por el movimiento islamista palestino el 7 de octubre de 2023 en el sur del país.
La ceremonia fue la primera de las conmemoraciones previstas para este lunes.
«El dolor no desaparece, al contrario, no hace más que intensificarse», explicó a AFP Doron Journo, cuya hija Karin, de 23 años, murió en el evento.
Al leer el último mensaje que ella le mandó, este hombre imponente no puede contener las lágrimas: «Si no vuelvo, sepan que los quiero», decía.
«La gente aquí es amable, eso me reconforta en cierto modo, las familias [de las víctimas] están muy unidas», agregó, antes de volver a recordar a su hija.
Ella sabía hacer reír a todo el mundo y «siempre hacía lo que quería», agregó.
En este sitio del desierto del Néguev, entre cactus y eucaliptos, se distingue el rostro sonriente de la joven en un fresco con los retratos de quienes fueron asesinados aquí el 7 de octubre de 2023.
El kadish, la oración por los muertos, es leído por varios de los padres que perdieron a un hijo en el festival de música electrónica.
Algunos hablaron desde el podio con homenajes desgarradores.
Acompañado de su esposa, el presidente israelí, Isaac Herzog, se acercó a hablar con los parientes de las víctimas al concluir la ceremonia, organizada por las familias.
Antes de irse, Herzog instó al mundo a «apoyar a Israel en la lucha contra sus enemigos».
– Grito -Justo antes del minuto de silencio, la hipnótica melodía de la última canción escuchada por los asistentes del festival antes de oír el sonido de las sirenas antiaéreas resonó ante una multitud de familias desconsoladas.
La música se cortó bruscamente, como en el día del atentado, y el grito de angustia de una mujer rompió el silencio.
Mientras los familiares de los fallecidos encendían velas, se oyó el eco de un helicóptero en vuelo y tiros procedentes de la Franja de Gaza, el enclave palestino vecino.
La ceremonia terminó con el himno nacional israelí, el Hatikva («Esperanza» en hebreo), entonado por el cantante Israel Bar-On.
La antigua pista de baile alberga grandes tallos como estelas, decorados con fotografías de personas asesinadas o tomadas como rehenes durante el ataque de Hamás de hace un año.
Enmarcando estos rostros, a menudo jóvenes, hay anémonas silvestres, las flores rojas emblemáticas del sur de Israel, como también dibujos de niños o banderas israelíes. Por todas partes, las caras afligidas de los seres queridos.
«Es triste ver a todos estos jóvenes asesinados, es como si los hubieran elegido a dedo, son todos preciosos», se lamenta Odette Keilin, que perdió a su hija Hila Keilin, de 40 años y madre de cuatro hijos.
Esta madre viene aquí cada quince días «para estar con Hila».