Agencia Espacial Europea contrata a primer parastronauta
La Agencia Espacial Europea hizo historia el miércoles al seleccionar a un hombre que perdió una pierna en un accidente de motocicleta para que sea parte de su nuevo grupo de astronautas, lo que representa un avance en su ambición de ser los primeros en enviar a alguien con una discapacidad física al espacio.
John McFall, un británico de 41 años que perdió la pierna derecha a los 19 años y compitió en los Juegos Paralímpicos, calificó su selección como “un verdadero punto de inflexión y una marca en la historia”.
“La ESA tiene un compromiso de enviar a un astronauta con una discapacidad física al espacio… Es la primera vez que una agencia se ha esforzado por aventurarse en un proyecto así. Y envía un mensaje muy, muy fuerte a la humanidad”, manifestó.
El parastronauta se une a cinco astronautas de carrera en la selección final dada a conocer durante una conferencia de prensa en París, la conclusión del primer reclutamiento de la agencia en más de una década cuyo objetivo es diversificar el viaje espacial.
La lista también incluye a dos mujeres: Sophie Adenot, de Francia, y Rosemary Coogan, del Reino Unido, nuevas embajadoras para otro sector con muy poca representación entre los astronautas europeos. Una pequeña minoría de quienes han explorado el espacio han sido mujeres, y la mayoría de ellas han sido estadounidenses.
Sin embargo, la lista del miércoles sólo incluyó a personas blancas. La campaña de contratación no se enfocaba específicamente la diversidad étnica, aunque enfatizaba la importancia de “representar a todas las partes de nuestra sociedad”.
McFall seguirá un camino diferente que el de sus colegas porque participará en un innovador estudio de factibilidad para explorar si la discapacidad física afecta el viaje espacial. Es un terreno inexplorado, ya que ninguna agencia espacial occidental grande ha enviado un parastronauta al espacio, según la ESA.
Hablando con orgullo y emoción, McFall dijo que era excepcionalmente apto para la misión por la energía de su mente y cuerpo.
“Me siento muy cómodo conmigo mismo. Perdí una pierna hace más de 20 años, he tenido la oportunidad de ser un atleta paralímpico y realmente me he explorado emocionalmente… Todos estos factores y adversidades en la vida me han dado la confianza y fortaleza, la capacidad de creer que soy capaz de hacer todo lo que me propongo hacer”, agregó.
“Nunca soñé con ser astronauta. Fue hasta que la ESA anunció que buscaban un candidato con una discapacidad física para aventurarse en este proyecto que realmente despertó mi interés”.
El estudio de factibilidad, que durará de dos a tres años, examinará los obstáculos básicos para un parastronauta, incluyendo cómo una discapacidad física podría afectar al entrenamiento de la misión, y si se requieren modificaciones en los trajes espaciales y en las aeronaves, por ejemplo.